lallalaa
Ante este acto que había observado la noche su envidia se multiplico y viendo asta actitud el señor de los cielos la envió alespacio de tinieblas en donde de ahora en adelante seria mayor su oscuridad al confrontarse con el día que acababa de recibir la luminosidad del sol.
Un morador del cielo, el gigante ti-un al vertodo esto, y considerando demasiado hacia la noche, se compadeció de ella y la quiso consolar. Para lograrlo fue hasta el resplandeciente y quemante sol, y con sus manos insensible al fuego, le arrancoun gran pedazo llameante.
Mas el señor de los cielos tenia Pao, un desmesurado el que, al ver lo sucedido, corrió tras el gigante ti-nu. Este al verseperseguido y afecto de poder más rápido tomo varias nubes para envolver el gran pedazo d sol. Más las nubes tenían muchas roturas y en su huida fue tirando millones de pedazos de fuego que quedaron enel reino de la noche semejando florecillas inca decentes.
Ti-un no se daba cuenta de lo que sucedía, su única preocupación eracorrer y correr para alejarse del perro guardián Pao que casi le pisaba los talones. En tal circunstancia, ni siquiera vio a Pa-me – la mujer de la inmensidad; quien ese momento acaba de ordeñar siol, lacabra preferida de los dioses, y tropezó con el balde que contenía la recién ordeñada leche cayendo en el recipiente la porción que le quedaba de sol.
Ti-nu rápido se levantó para continuar...
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