Las 5 tentaciones de un gerente

Páginas: 722 (180405 palabras) Publicado: 18 de enero de 2010
LA REBELIÓN DE LUCIFER
J.J. Benítez
A Nietihw, que existe, por supuesto. Aprendamos a soñar, caballeros, y luego puede que encontremos la Verdad. Esta lapidaria recomendación del insigne químico alemán Kekulé, que llegó al descubrimiento de la fórmula del benceno gracias a una ensoñación, revolucionando así la química orgánica, terminó de convencerme de que, en la vida, la Verdad pasa muchasveces ante los seres humanos... disfrazada. Y quizá porque los enemigos de la Verdad son todavía tan numerosos como para nublar la faz de la Tierra, he elegido para La rebelión de Lucifer el intangible y arcano ropaje de la fantasía. Sólo aquellos que no hayan perdido la capacidad de ensoñación podrán comprenderme. En ese caso, como yo, quizá descubran bajo los sueños algunas de las múltiples carasde esa sorprendente y siempre esperanzadora Verdad. J. J. BENITEZ De pronto, sin saber cómo, Nietihw y Sinuhé descubrieron que se hallaban en la plaza de la Lastra, en la recóndita aldea

soriana de Sotillo del Rincón, caminando sin prisas hacia la Casa Azul. Un sol radiante hacía brillar dulce y discretamente el bronce de la Diana Cazadora, mientras el caño seguía manando en silencio, como sinada hubiese ocurrido... El joven, con la bolsa de las cámaras al hombro, se detuvo un instante junto a la fuente. Volvió el rostro hacia el bosquecillo y, al instante, interrogó a su compañera con la mirada. Y la respuesta brotó de sus corazones. ¡Habían regresado! José María, el alcalde, cómodamente sentado en el jardín de la Casa Azul, seguía apurando su humeante taza de café. Y Sinuhé,maravillado, comprobó que su reloj señalaba las 13.56 horas. ¡Sólo habían transcurrido cinco minutos desde el inicio de la luna nueva y de aquella fantástica aventura! Y antes de que Sinuhé acertara a pronunciar palabra alguna, la señora de la Casa Azul tomó su mano derecha y, en silencio, con una sonrisa de complicidad, le señaló la sortija dorada -con el signo de los hombre s Pi- que continuabaluciendo en su dedo anular... Algún tiempo después, el investigador iniciaba el relato de tan desconcertante misión con las siguientes frases: ...En cuanto a vosotros, hijos de IURANCHA, regresad y contad al mundo cuanto habéis vivido y conocido... Sólo entonces, cuando esta parte de la Verdad haya sido propagada... sólo entonces -insistió la voz- podréis iniciar la segunda fase de la misión: el juiciode Lucifer.

CAPITULO I
R A -6 6 6 6 Los cinco diminutos y multicolores veleros que colgaban del techo oscilaron suavemente, mecidos por una súbita corriente de aire. Harold D. Craft Jr., director de operaciones del mayor y más potente radiotelescopio del mundo, levantó la vista. Frente a él, con el rostro demudado y una temblorosa hoja de papel en su mano izquierda, permanecía Rolf B. Dyce,director adjunto de Arecibo.

Harold comprendió que algo grave sucedía. Su colega y amigo parecía atornillado al pomo de la puerta. Y una segunda bocanada de aire agitó los veleros, arrancando reflejos rojos, verdes y azules de sus lustrosos cascos. -¡Por Dios! -exclamó Craft desde detrás del parapeto de documentos y carpetas que se levantaba sobre su mesa-. No te quedes ahí. ¿Qué pasa ahora? Elastrofísico reaccionó y, tras cerrar la puerta, avanzó a grandes zancadas. Pero, incapaz de articular palabra alguna, se limitó a extender el télex a una cuarta del poblado bigote de Harold. El director de operaciones del radiotelescopio de Arecibo, dependiente de la universidad norteamericana de Cornell, leyó aquel galimatías matemático en poco más de treinta segundos. A continuación interrogó aRolf con la mirada. Y éste asintió con la cabeza. -Entonces estábamos en lo cierto -repuso Craft, levantándose y dibujándose en su rostro un rictus de alarma. -Sí -balbuceó al fin el director adjunto-, nuestras sospechas han sido confirmadas por el observatorio Einstein, por Monte Palomar, por el centro de astrofísica del Harvard College y por el observatorio Smithsomiano de Cambridge... Estoy...
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