las plantas

Las cuestiones de la vida militar, a fuerza de .ser familiares,
rara vez son motivo de meditación. Se im"cia la carrera
militar con (:¡ escato conocimiento de los consejos que trasmiten
los jóvenes oficiales instructores en las escuelas de formación
a sus- educandos. Estds, acertando a veces con el
proceder correcto y errando las mát, van adquiriendo un
conocimiento empírico que al cabo delos afias permikquién; cómo tiene que ex1g1r algunos bienes de fortuna
para poder. descarg0rse del gasto ele su manutención. y
t·estuario; pero también que la fortuna no basta, puesto
que es preciso que los agracindos TeLin.'l.n dete1·minadas
condiciones de instrucción 1 ; que merced a ellas, el Est.'ldo
los exime de determinados servicios, ni más ni menos
que el hecho de qc1e un hombresea nombrado soldado
de primera Jo coloca en situación ventajosa respecto a
los dermis; y aún hay que notar en favor de aquella excePción
que no sería justo que cargasen con ciertos servicios
derivados de la v·ida en común los que, por vivir
fuera del cuartel, no dan lugar a ellos; que la ley no sólo
concede beneficios a.estos hombres, antes bien, tiene presentes
a todos y prevé los casos enque podrán conceder-
::e, no sólo premios, sino reducciones de tiempo de serdcio
que al lado de estas ventajas se especif-ican bien
claramente sanciones para todos 3 ; y, en suma, que es
preciso reconocer una _igualdad a)Jsoluta ante el deber,
con distíntas obligaciones, según las circunstancias. y el
empleo, del mismo modo que siendo iguales ante el deber
no tienen las mismasobligaciones un Capitán de batería
y el C8pitán ayudante, por ejemplo. Es preciso desechar
en absoluto un vocablo que, introducido hace algunos años
en la terminología militar, ha hecho daños considerables;
procura, amigo mío, si el bien del servicio te intere'S-a,
que en tu unidad no haya cuotas; que haya
con obligaciones distintas, quizá, pero soldalli¡s ,· Sé'ra-
. ti .
¡ Art. 356,cap. XVII de laLey de 1·eclutamiento. Arts. 429 y 438.
3 Arts. 394 y 441.
• Sería una gran ventaja desde este punto de vista que desapa·
del art. 399 de la Ley las palabras "con ·indeJ!Ondtntcia.
absoluta de la furza· con. haberes que figure en la plantilla.",
ferible sería, por el contrario, que mientras los beneficios concedidos
no lo impusiesen, estuvieren fundidos en. absoluto con la
fuel'zn ronhnberes que fir¡ure en la plamtil/o ..
gSTAM:'A DE CAl'!TA:-;r;;s 1 ,- __ ,
En mi sentir, puesto que su obligación no es otra
aprender el manejo de las armas, las virtudes militltres
y la práctica de todos los servicios que podrán verse pre·
cjsados a desempeii.ar, o inspeccionar y dit·igir r::omo clao;es,
será preciso prescribirles un régimen de vida en el
q·ue se dé caOida a estasexigencias, sin imponerles mortificacioneS
inútiles, ni una pe:mu.encia en el c:¡arlel
fuera de ]as horas en c_:ue es imprescindible, puesto c:ue
cuando para ello no ven los hombre.s razón, ni en ella medio
de aumentar sus conocimientOs, no ser·;irá más qcw
para desmoralizar1o3. Pocas veces se te pre.sentará ocasión
de dictar el régimen a que han de- scmetase estos
hombres; pero CL¡anclo debashnce:do, meditalo deteniCarnente.
·un p-rurito de igualdad que ger1era!me-:Jte se
les señale- como hora para retirarse la misma que se impone
a los hombres que acua1·teladcs; y así 'con:: o
esto es una exigencia del régime::: de vida común, aquello
es tan poco razonable como pretender imponerles las ho-
¡·as de comer; y si sus obligaciones les obligan a aC:apb.r
a éstas aquéllas, yaprocurarán, por su propio interés,
hacer otro tanto con las horas de descanso 1. En cambio
sería una notoria falta de buen sentido el dispensarles
de la asistencia a las revistas de prendas que pases tú o
que paSe un superior tuyo; podráis eximir de ella a aquellos
para quienes la juzgues pero no como
medida generaL
Tu buen sentido ha de sugerirte seguramente los medios
de crear una atmósfera C:e...