Leer Para Aprender

LEER PARA APRENDER

José Manuel Frías Sarmiento

Ante la evidente ausencia de lectura en la población mexicana y, más aún cuando los no lectores son egresados de las escuelas públicas de cualesquier nivel educativo, este ensayo enfatiza la importancia y la necesidad de retomar, desde las aulas, la grata y educadora actividad de leer; si no todos los días, al menos una vez a la semana.Pero no con imposición pedagógica, sino con el ejemplo y la persistencia de un quehacer cotidiano y educativo, más que calificador y evaluativo. ¡Ah, y como la preocupación por leer y propiciar que otros lean es una aspiración personal de quien escribe este ensayo, no hallarán el cúmulo de citas que los ensayistas académicos prescriben para ocultar la subjetividad emocional! Habrá, nada más, algunasreferencias imperdibles, como las de Felipe Garrido y, aún de él, serán dos o tres. Como en todo ensayo, en éste se argumenta sobre un tema social que, hoy por hoy, acota los niveles culturales del pueblo mexicano y limita el aprendizaje de los miles de alumnos de las escuelas sinaloenses. El empeño educativo en este ensayo es el de explicitar que, contra la manifiesta desidia de los niños,jóvenes y adultos mexicanos respecto a la lectura, las escuelas de educación básica, poseen las herramientas y los actores fundamentales para propiciar que la población se involucre en una de las actividades más educativas que pueda haber, como lo es leer de manera cotidiana y placentera, que es la única y mejor manera de adquirir el hábito y el gusto por leer.
En las escuelas de primaria y secundaria,se obsequian en todos los ciclos escolares y a todos los alumnos, una dotación de libros de lecturas que los alumnos y sus profesores, se supone, leen en el trascurso del año lectivo. Ahí está la apuesta de este ensayo: en la posibilidad de que la Secretaría de Educación Pública y Cultura del Gobierno del Estado de Sinaloa, proponga estrategias y gire las instrucciones pertinentes para propiciarque los maestros recobren el gusto por leer y leerles a sus alumnos, por hacerlos partícipes de una lectura cotidiana, dentro de las actividades de los cursos escolares, hasta que se les vuelva una constante presencia, difícil de evadir. Pero que la estrategia persistente lo sea sólo en la lectura ininterrumpida en los 200 días del ciclo lectivo, y no en la monótona cantaleta de “que tienes queleer porque leer te convertirá en una persona más preparada y un profesionista exitoso”. Leer, sí. Leer a diario, sí. Pero leer sin presiones por calificar ni por exigir respuestas inmediatas a la lectura realizada, porque eso es lo que ha matado el gusto y la atracción de los estudiantes en las clases de español y de literatura. Leamos pequeños trozos literarios, un día tras otro, y veremos que alfinal de la primaria o de la secundaria, los lectores y escuchas de esas lecturas poseerán un capital cultural impresionante y una elevada capacidad para escuchar, exponer y razonar con facilidad y comprensión, no sólo escolar, sino lo que es más importante, con disposición personal y desarrollo humano sensible a las diversas lecturas que su comunidad le aporta.
Leer por placer.-
Leer es unplacer. ¿Quién lo dice? Yo, que soy un lector, y me secundan todos los que tenemos ese agradable vicio de tomar un libro y aprender de él. Leer es una tortura. ¿Quién lo dice? Millones de estudiantes mexicanos que no aprueban la Prueba Enlace en el área de español y millones de padres de esos estudiantes que tampoco disfrutan el vicio de leer. Digo que es un vicio no porque así lo crea, sino porque,para muchos alumnos y padres de familia, así es considerado el hábito de leer. Nadie se explica la razón o la ganancia de pasar horas y horas en la apacible lectura de un libro al que nadie entiende cuando abren sus páginas y tratan de conocer sus secretos. Secretos que ni lo son porque ahí están a la vista de todos, aunque no de su comprensión, porque para comprenderlo y disfrutarlo, se...