Lewis Oscar (1980)

Ensayo:

“La Familia Martínez” De: Lewis Oscar (1980)

Pueblo chico, infierno grande

Introducción

A veces no sabemos porque las cosas son así, porque a veces las formas o mas bien las oportunidades no son iguales para todos y en especial para el sector rural; al parecer solo los más “pudientes” pueden comer y beber bien. El autor en la lectura trata temas como laeconomía que vivía el sector rural en aquellos años además de la marginación, desigualdad y por supuesto no podía faltar la rutina que se vive en el campo.
Muchas veces hemos escuchado aquello frase que surgió con el capitalismo “los ricos se hacen cada vez mas ricos y los pobres cada día mas pobres” cosa y frase que se sigue escuchando aún en nuestros días los cuales supuestamente ya no deben deseguir de acuerdo a que han surgido las llamadas reformas al campo además de que la CNDH ha trabajado para que los derechos de todos sean respetados sin distinguir sus “diferencias”.
Para entender mejor la problemática del sector rural tendremos que saber quien es el principal factor que hace que las cosas sucedan y sigan así: la democracia mexicana es una ficción. Como cualquier forma deorganización política, se trata más de un ideal de un modelo inalcanzable que de una realidad cotidiana. En el mejor de los casos el “gobierno del pueblo para el pueblo”, o el “gobierno de todos para todos”, resulta en nuestro caso una mentira piadosa; en el peor, una falsedad cruel y perversa. En México el centro de la política ha sido siempre un ídolo supremo. Fue así desde Porfirio Díaz, por no irmás atrás: un talismán político único y exaltado que decide los destinos de todos. Fue eso lo que se disfrazo de democracia: la violencia magnánima del ídolo único que concede protección a cambio de sumisión; que sabe manejar, someter y organizar las certidumbres del pueblo, bajo la razón del Estado (como lo leímos en “Las clases rurales en México”: el estado influye de manera notable eneste sector). La vida política ha sido la lógica informal del pueblo y de la vida contra la estructura formal e inamovible del estado. Porque la lógica del ídolo dicta que el destino de México no se puede dejar a merced de la pluralidad, sino que necesita un ídolo todopoderoso que implante por las buenas o por las malas la racionalidad del poder y del dinero
Pueblo chico, infiernogrande

El pueblo mexicano, marcado por la marginación, por la pobreza y muchas veces por la discriminación y la explotación, ha buscado siempre cuesta arriba, convertirse en ciudadanía. Eso exige una democracia participativa que implica el respeto y la existencia igualitaria para su diferencia racial, cultural, lingüística y religiosa; para la riqueza de sus costumbres así como de sus manerasde ser y de existir; para su dinámica social y su lógica cultural. El pueblo de México tiene todavía que descubrir sus propias fuerzas y sus debilidades para trabajar en esa construcción. Por tanto se deben tener los mismos derechos a los bienes que por nacionalidad le corresponden, como lo son la educación, el empleo y demás posibilidades de vida, de manera abierta y legitima, sin que leimpongan una especie de partes que según son democráticas de las cuales presumen durante todo su sexenio los gobernantes y que no es más que un espacio de expresión y de auge para el poder y para el dinero. A lo largo de nuestra historia, ni el estado ni mucho menos la iglesia han permitido ni tolerado el proyecto que llego a ejemplificar la lucha zapatista: “La tierra es de quien latrabaja”. Un punto incomprensible en la actualidad, porque las diferencias son ilegibles en nuestra sociedad, además de que ahora solo los que tienen dinero pueden obtener siembras y así cosechas plenas además de que obtienen un mejor porcentaje económico. Desconocemos en gran medida la tolerancia de las diferencias y la convivencia nacional. La política acerca de esta problemática ni ha...