libro dos aristoteles
De los actos semejantes nacen los hábitos. No emprendemos para saber qué sea la virtud, sino para poder llegar en algún punto a ser virtuosos. Siempre tenemos que obrar conforme a la recta razón,lo que debe exigirse de todo razonamiento es que se encuentre adecuado. Menester es que quienes han de actuar atiendan siempre a la oportunidad del momento. El menester es discernir bien aquellascosas a que somos mas fácilmente llevados, ya que unos tendemos mas por naturaleza a unas cosas que a otras. Es inclinarse unas veces al exceso y otras al defecto, porque así acertaremos mas fácilmentecon el medio y con el bien.
Los actos humanos son de tal naturaleza que se malogran por defecto como por exceso. Por la abstinencia de los placeres nos hacemos temperantes, y podemos muy fácilmenteprivarnos de ellos. Signo forzoso de los hábitos es el placer o la pena que acompañan los actos. Para obtener placer cometemos actos ruines y por evitar personas nos apartamos de las bellas acciones.Es preciso que desde la infancia se nos guie al modo tal que gocemos o nos contristemos como es menester, y en esto conseguir la recta educación. La virtud tiene que ver con los placeres y dolores.Toda disposición del alma puede naturalmente tomarla mejor o peor.
Se define erróneamente las virtudes como estados de impasibilidad y de quietud. Es propio de la virtud poner en obra los goces o...
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