Lic. Ciencias de las Religiones
Por J.R. Prendes.
Pensamiento Cristiano II.
Prof. Lic. Gilberto Caballero.
Instituto Superior de Estudios Bíblicos y Teológicos.
“Rafael Cepeda Clemente”
(I.S.E.B.I.T)
Segundo Semestre, Curso 20092010.
Los diferentes actores religiosos del siglo XVI respondieron de diversas maneras a las transformaciones socioeconómicas y políticas de su época. En orden ideológico de “conservador”
hasta “radical”, podemos clasificarlos como sigue: la Iglesia Católica se aferró básicamente al
pasado medieval y al Santo Imperio Romano; Lutero se alió con el emergente nacionalismo
europeo y así con los príncipes alemanes; Calvino, más avanzado, se identificó esencialmente con las crecientes ciudades comerciales y preindustriales y así con la incipiente burguesía; la Reforma
Radical, adelantándose a su tiempo, tendía a rechazar de raíz el statu quo religioso y social y unirse
a los más pobres (proletariado en formación). Uno de los más importantes líderes fue Thomas
Müntzer, el cual realizó este compromiso de forma violenta sirviéndose de protestas obreras y
reclamos populares.
Thomas Müntzer nació en Stolberg, Alemania, cerca de 1490, fue ordenado sacerdote y recibió una
sólida formación teológica. Aprendió hebreo y griego y leyo ampliamente la Biblia, textos de la
patrística, escolástica, los ascéticos y los místicos, especialmente Joaquín de Fiore. Conoció a Martín Lutero cuando éste debatió con Eck en Leipzig (1519). Müntzer se unió al movimiento de
Reforma y Lutero le envió de pastor a Zwickau, ciudad textil donde vivió un doble descubrimiento:
descubrió al mundo de los oprimidos y conoció a los “profetas de Zwickau,” movimiento
anabaptista que llegaba a Wittenberg por el año 1521, lugar donde nació tanto su opción por los pobres como su fe carismática. La misma biografía de Müntzer indica claramente que su creciente
compromiso con los oprimidos nació de su labor pastoral entre ellos. Aunque algunos aspectos de
su formación católica, sobre todo su lectura de Joaquín de Fiore, pueden haberle preparado para su
encuentro pastoral con los pobres. El mismo Lutero se alarmó muy pronto por la radicalización de su colega, y debe de haberse arrepentido mil veces de haberlo nombrado pastor entre los pañeros y
mineros de Zwickau. Tomás Müntzer fue a Zwickau en mayo de 1520 para reemplazar
temporalmente al pastor erasmiano, Juan Egranus, en la próspera parroquia de Santa María. Pronto
su versión del pensamiento reformado, con drásticas denuncias sociales, atrajo a multitudes de oyentes — como también vehementes denuncias contra él por las autoridades civiles y eclesiásticas
de la ciudad. Al volver Egranus en octubre, Müntzer fue trasladado a la pequeña y pobre iglesia de
Santa Catalina, donde se congregaban los obreros más paupérrimos de Zwickau. Con esta nueva
experiencia pastoral, se radicalizaron todavía más la teología y la predicación de Müntzer . Después de un intervalo de reflexión en Praga, su labor pastoral con los campesinos de Allstedt galvanizó sus
convicciones políticas y lo llevó a unirse al movimiento revolucionario de la guerra campesina.
Fue un carismático, pero no hizo del carismatismo una evasión de la realidad sino, al estilo de los
profetas hebreos, una lucha por la justicia. Fue un apocalíptico, pero no relegó la profecía a un
futuro extrahistórico, sino halló en ella las exigencias de un compromiso dentro de su propio
tiempo, confiando en el Dios soberano y eterno. A partir de su acción pastoral, primero entre la
clase obrera urbana, después entre los mineros y finalmente los campesinos, Müntzer descubrió a
los pobres como pueblo de Dios y sujeto de la historia. En las palabras ...
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