Lic. En Psicología

El tiempo no para… ¿no para?


“…Caminar sin rumbo fijo, libremente, no ir exactamente a ninguna parte sino allí adonde nos lleven nuestros pasos. Escuchar a los otros, los argumentos de losotros, sin el escudo defensivo de los argumentos propios: dejar nacer en uno el paisaje del pensamiento ajeno. Aburrirse, aburrirse con ganas. Entusiasmarse con no tener nada que hacer. Dejarse caer en elensoñamiento, en ese vaivén mental que nos mece y nos pasea por lo real y lo fantástico. Esperar, saber esperar, aceptar que en la vida hay procesos, y que no se puede alcanzar en ascensor aquello alo que solo se puede acceder por escalera…”
Estas son algunas de las postulaciones con que un sociólogo francés escribió su libro Del buen uso de la lentitud. Allí, el autor subvierte el vértigocapitalista que rechaza, intransigentemente, el tiempo muerto, el cansancio, el ritmo desacelerado y sabio de las cosas que no se pueden comprar. Qué desconocidas nos resultan estas reivindicaciones alestar insertos en una sociedad marcada por consignas como la prisa, la suma de más y más actividades, la necesidad de estar haciendo cosas la mayor parte del tiempo, la imposibilidad de una pausa…¿unapausa???? ¿Qué clase de pérdida de tiempo es esa? ¿O acaso alguien sabe algo de aquello a lo que se llama el “ocio creativo”? Esa posibilidad de crear, inventar, de usar la imaginación a partir delaburrimiento, de no tener nada que hacer o simplemente no querer hacer nada…pero claro…hay que producir!! De eso se trata, no?? En estas épocas precipitadas la posibilidad de permitirse ese espacioimplica una perdida. Habría que preguntarse de qué clase de pérdida estamos hablando. Parece que con esos espacios en blanco existe la chance de que aparezca alguna pregunta respecto de nuestro tránsitopor la vida y como consecuencia, la angustia. Llenarnos de actividades puede estar al servicio de cierto taponamiento de la angustia, de no encontrarse con realidades evitadas, con miedos, con...