Literatura

Recuerdos del Valle del Lago...
Un viento amainado soplaba desde el norte; la mañana se presentaba tranquila. El astro rey despertaba de su sueño y con sus primeros rayos alumbraba, poco a poco, elValle del Lago. En algunos minutos, el lugar se vería rebosante de pescadores y con ellos, el final de una paz que reinaba en aquel espacio natural.
Las aguas diáfanas del lago hacían posiblecontemplar la danza gallarda de los peces dorados, en un universo paralelo pero muy distante al nuestro. Todo era diversión, en un ambiente de hermandad.
Aparecían fugazmente en la superficie del agua yluego volvían a sumergirse, como si anduvieran presurosos de llegar a alguna fiesta en lo profundo del estanque. De hecho, la diversión era esta: nadar sin dirección, emerger por segundos, y adentrarsenuevamente en el mundo acuático.
Aquel baile parecido al de los cometas en el cielo, de repente se vio interrumpido por pescadores ávidos de llenar de peces sus canastas, que luego terminaríanolvidados en la basura. Así, el alborozo del cardumen iba desapareciendo en estrepitosas fugas, buscando algún escondrijo entre los camalotes frondosos del lago, para evadir las fieras redes asesinas.Aquella situación abrió en el valle dos mundos distintos: en la superficie, el placer de la asechanza con la excusa de vivir un momento de solaz; y en las aguas, el agobio de los peces por el temor deperder la libertad y la vida que tanto disfrutaban y amaban.
Idas y vueltas apresuradas ¡ningún lugar parecía seguro! El pánico crecía, mientras el número de muertos aumentaba a medida quepasaban las horas. De pronto, el estampido de un rayo anunció la llegada de la lluvia. Los pescadores no creían lo que pasaba, pues el día estaba claro, sin ninguna nube en el cielo. Pero, aquel chubascoera el llanto de la naturaleza que lamentaba la perdida de los peces. Los hombres corrieron hasta sus vehículos, dejando en el sitio un ambiente lúgubre.
Pasaron los años y nadie volvió al lago; los...