Literaturas latinoamericanas

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LITERATURAS Y LATINOAMERICANISMOS
Existe un discurso sobre Latinoamérica y su literatura, que liga a esta comunidad determinada con una producción artística característica. Que instala e impone cierta forma de relacionarse con Latinoamérica donde el hito de entrada es regularmente su literatura. Ese discurso ha establecido una ligazón esencial entre comunidad y literatura, en la que éstaúltima vendría a ser el producto cultural característico de aquélla. Donde, por decirlo de algún modo, la realidad latinoamericana deviene símbolo. Guillermo Sucre, en su texto La máscara, la transparencia abre la problemática de su trabajo con las siguientes palabras: “parece que de una manera u otra todos tenemos especial inclinación por las obras representativas. Es decir, obras que de un modoejemplar expresan una sociedad, una época, un país, una cultura. ¿No hay algo supersticioso en todo ello?” (p. 15). Esta pregunta podría pensarse, igualmente, como punto de partida de este trabajo.
Intentamos desmontar este discurso representativo al menos en lo que son para nosotros sus dos despliegues principales: a) leer en las ficciones latinoamericanas un patrón común “interior”, que conformaríauna identidad latinoamericana representada en su literatura, y, por otro lado, b) el que intenta ver en el novelar latinoamericano un momento de la universalidad del novelar como tal, un nexo con lo “exterior”, que hallaría en la escritura latinoamericana una identidad no específicamente latinoamericana sino universal. En la primera, la literatura deviene símbolo de Latinoamérica como cultura; enla segunda, la literatura latinoamericana deviene símbolo universal de la existencia humana o ciertos sectores de la humanidad. En ambas, por supuesto, uno de los caracteres primarios de esa literatura sería su unicidad, su homogeneidad, su existencia “afisurada”.
Para Antonio Cándido, reconocido crítico y estudioso de la literatura latinoamericana, una literatura:
[Es] un sistema de obrasligadas por denominadores comunes que permiten reconocer las notas dominantes de una determinada fase. Estos denominadores comunes son, aparte de las características internas (lengua, temas, imágenes), ciertos elementos de naturaleza social y psíquica, literariamente organizados, que se manifiestan históricamente y hacen de la literatura un aspecto orgánico de la civilización. Entre ellos distínguese:la existencia de un conjunto de productores literarios más o menos conscientes de su papel; un conjunto de receptores formando los diferentes tipos de público, sin los cuales las obras no viven, y un mecanismo transmisor (en forma general, una lengua traducida a estilos) que liga unos con otros. El conjunto de los tres elementos da lugar a un tipo de comunicación interhumana, la literatura, quebajo este ángulo se nos presenta como un sistema simbólico por medio del cual las aspiraciones más profundas del individuo se transforman en elementos de contacto entre los hombres y en interpretaciones de las distintas esferas de la realidad.
Por un lado, se deja sentir en la argumentación de Cándido una defensa a nivel de la especificidad de la cultura productora (lengua, temas, imágenes);pero, por otro, la literatura es “sistema simbólico”, “aspecto orgánico de la civilización”, conceptos que no refieren a una particularidad cultural, (ni a una “fase determinada”), sino a lo que habría de universal en la literatura. En las palabras de Cándido, se juegan las dos estrategias de acercamiento a la literatura latinoamericana que hemos esbozado más arriba: particularidad y universalidadparecen luchar en el párrafo citado, intentando hegemonizar, hacer propio, el lugar de emergencia de la literatura.
Podemos, sin embargo, decir más. La primera aproximación que se hace al concepto es lo bastante general y formal como para aceptar diversas maneras de dotarlo de contenido, en tanto cúmulo de obras susceptibles de organizarse respecto de unos denominadores comunes. Por supuesto,...