Los misterios de la ciencia
Acaso un mensaje extraterrestre
Eran exactamente las 23,16 del 15 de agosto de 1977 cuando el radiotelescopio Big-Ear de Delaware recibió una extraña señal. Veníadel espacio exterior –en la dirección de Sagitario– y duró 37 segundos. La señal no se grabó, pero fue registrada por la computadora del observatorio, una vieja IBM con un mega de disco rígido. Unosdías más tarde, Jerry Ehman, un joven astrónomo de la Universidad de Ohio State, descubrió revisando los registros la señal anómala más intensa jamás detectada por un telescopio. Al margen de lacombinación alfanumérica (“6EQUJ5“), Ehman anotó la palabra “Wow!”, que le dio nombre a la señal. El extraño código provenía desde una dirección en la que la estrella más cercana está a unos 220 años luz.Todavía hoy nadie puede dar una explicación acerca de qué o quién lo emitió. Algunos piensan que se trató de una auténtica señal de una civilización extraterrestre con un transmisor de gran potencia.Otros, más escépticos, creen que fue provocada por un acontecimiento astronómico de enorme potencia.
Los rayos que se pasan de la raya
Por más de una década, los detectores del observatorio japonésAkeno estuvieron recibiendo rayos cósmicos que no deberían existir. Los rayos cósmicos son cualquier tipo de partícula que viaja por el universo casi a la vel o c i d a d de l a l u z . “Son l a senergías más altas conocidas en la naturaleza”, dice el doctor en Física de la Universidad de Oxford, Alberto Etchegoyen. Según la teoría de la relatividad de Einstein, cualquier rayo cósmico que llegue ala Tierra desde fuera de nuestra galaxia habrá sufrido tantas colisiones que no superará un máximo determinado de energía. Es el llamado límite Greisen-Zatsepin-Kuzmin. El problema es que algunos delos rayos que se detectaron en el observatorio japonés superaban ampliamente esa carga. ¿Estaba Einstein equivocado?, se preguntan algunos científicos. “También existe la posibilidad de que los...
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