Los Muchachos Perdidos
Páginas: 6 (1471 palabras)
Publicado: 12 de abril de 2012
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES “ARAGÓN”
LICENCIATURA EN DERECHO
MATERIA:
DERECHO PENITENCIARIO
TEMA:LOS MUCHACHOS PERDIDOS
PROFESORA:
DIAZ CABRERA VICTOR HUGO
ALUMNA:GRUPO:
FECHA: 10 DE ABRIL DE 2012
La respuesta a él porque algunos jóvenes de esta época vendan drogas, secuestren y asesinen podría estar en el pasado. Durante las décadas de 1970 y 1980, México contaba con una persona en edad económicamente activa por cada dos que no lo estaban, la reducida población con capacidad de trabajar debía ser el sustento de unacantidad abrumadora de niños. Los cálculos de los demógrafos se encontraron con un dato que los políticos convirtieron en una buena noticia: a partir del 2010, el país se beneficiaría con una inversión demográfica que podría llevarlo a un nivel de primer mundo. Se dijo que México estaba en la ruta de tener una población conformada por un juventud vigorosa: por cada dos personas económicamente activashabría solo una sin capacidad laboral.
Las expectativas se cumplieron, pero el presente produjo una marea de desilusiones. México hoy cuenta con jóvenes, pero entre ellos hay más de ocho millones sin escuela ni empleo; lo más grave es que su adolescencia ha coincidido con el ascenso de la delincuencia organizada. Incontables chavos son rechazados por el sistema legal, pero el creciente ydiversificado poder ilegal los admite en sus filas para formar con ellos un ejército interminable del crimen.
La perdición de los muchachos no es una cuestión moral, se trata de un problema más complejo y profundo. Desde 1968, las escasas políticas publicas dirigidas a la juventud han partido del estrecho juicio de que los adolescentes constituyen, una población que está en problemas.
Lasautoridades han estado muy lejos de los barrios donde muchos de estos chavos nacen, crecen, delinquen, matan y mueren. En las correccionales del Distrito Federal no hay jóvenes originarios de las colonias donde es posible evitar la mediocre educación pública y la terrible medicina institucional, o donde nunca falta el agua; aquellas zonas cuyo nivel de vida es equiparado con el de Japón o Alemania porel Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Innumerables jóvenes presos en México crecieron en medio de las prisiones para adultos, donde visitaban a sus padres, madres o ambos. También desde sus primeros años fueron golpeados, entraron en contacto con las adicciones y se vieron obligados a aprender el ejercicio de la violencia para sobrevivir. Desde hace algunos años, la posibilidadde ingresar en una escuela de calidad disminuyo drásticamente y, al mismo tiempo, se desplomo la probabilidad de conseguir un trabajo bien pagado. Así, el diploma universitario expuesto en la sala de una casa no tiene sentido para la mayoría de los chavos pobres, la capacidad de ejercer violencia es un medio para conseguir respeto y jerarquía.
Es evidente que desde hace mucho tiempo la familiaha perdido su condición integradora. La Iglesia no solo representa un modelo de vida “mocho” y anticuado, sino distante e hipócrita. La policía, permanente figura de choque, no es solo una institución represiva e ignorante de sus necesidades, sino una agrupación de uniformados sospechosos de ser cómplices de una carrera criminal.
Como consecuencia de la explosión demográfica juvenil, durante...
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES “ARAGÓN”
LICENCIATURA EN DERECHO
MATERIA:
DERECHO PENITENCIARIO
TEMA:LOS MUCHACHOS PERDIDOS
PROFESORA:
DIAZ CABRERA VICTOR HUGO
ALUMNA:GRUPO:
FECHA: 10 DE ABRIL DE 2012
La respuesta a él porque algunos jóvenes de esta época vendan drogas, secuestren y asesinen podría estar en el pasado. Durante las décadas de 1970 y 1980, México contaba con una persona en edad económicamente activa por cada dos que no lo estaban, la reducida población con capacidad de trabajar debía ser el sustento de unacantidad abrumadora de niños. Los cálculos de los demógrafos se encontraron con un dato que los políticos convirtieron en una buena noticia: a partir del 2010, el país se beneficiaría con una inversión demográfica que podría llevarlo a un nivel de primer mundo. Se dijo que México estaba en la ruta de tener una población conformada por un juventud vigorosa: por cada dos personas económicamente activashabría solo una sin capacidad laboral.
Las expectativas se cumplieron, pero el presente produjo una marea de desilusiones. México hoy cuenta con jóvenes, pero entre ellos hay más de ocho millones sin escuela ni empleo; lo más grave es que su adolescencia ha coincidido con el ascenso de la delincuencia organizada. Incontables chavos son rechazados por el sistema legal, pero el creciente ydiversificado poder ilegal los admite en sus filas para formar con ellos un ejército interminable del crimen.
La perdición de los muchachos no es una cuestión moral, se trata de un problema más complejo y profundo. Desde 1968, las escasas políticas publicas dirigidas a la juventud han partido del estrecho juicio de que los adolescentes constituyen, una población que está en problemas.
Lasautoridades han estado muy lejos de los barrios donde muchos de estos chavos nacen, crecen, delinquen, matan y mueren. En las correccionales del Distrito Federal no hay jóvenes originarios de las colonias donde es posible evitar la mediocre educación pública y la terrible medicina institucional, o donde nunca falta el agua; aquellas zonas cuyo nivel de vida es equiparado con el de Japón o Alemania porel Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Innumerables jóvenes presos en México crecieron en medio de las prisiones para adultos, donde visitaban a sus padres, madres o ambos. También desde sus primeros años fueron golpeados, entraron en contacto con las adicciones y se vieron obligados a aprender el ejercicio de la violencia para sobrevivir. Desde hace algunos años, la posibilidadde ingresar en una escuela de calidad disminuyo drásticamente y, al mismo tiempo, se desplomo la probabilidad de conseguir un trabajo bien pagado. Así, el diploma universitario expuesto en la sala de una casa no tiene sentido para la mayoría de los chavos pobres, la capacidad de ejercer violencia es un medio para conseguir respeto y jerarquía.
Es evidente que desde hace mucho tiempo la familiaha perdido su condición integradora. La Iglesia no solo representa un modelo de vida “mocho” y anticuado, sino distante e hipócrita. La policía, permanente figura de choque, no es solo una institución represiva e ignorante de sus necesidades, sino una agrupación de uniformados sospechosos de ser cómplices de una carrera criminal.
Como consecuencia de la explosión demográfica juvenil, durante...
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