Los Peses Dorados

Sin rumbo

Si nos ponemos muy freudianos, podríamos asegurar que todo aquello que nos acontece, es resultado de nuestros anhelos, quizá este sea el caso deLaila, una mujer desdichada. Un personaje muy a la mexicana.
Este es el primero de los textos que leemos en esta clase y no me deja tan contento, ha resultado fácil deleer y comprender, pero creo que la historia no me sorprende mucho. Tal vez se deba a que ya estamos un poco vacunados contra historias tipo melodrama de latelevisión mexicana es probable que en este país, los que leemos, esperamos siempre encontrar una historia con un poco mas de complejidad.
Aquí esta historia nos remitea las mil veces desafortunadas Marías de los melodramas mexicanos, desde luego, debe ser diferente ser pobre en México que en parís, pero el fin es el mismo,sufrir los fortísimos abates del destino, de os cuales no podemos ni debemos quitarnos porque así debe ser, lo merecemos.
No me queda muy claro cómo es que le Cléziomaneja la culpa, no creo que tenga un sentido budista, que propondría más una aceptación de los hechos desafortunados, que son consecuencia de malas decisiones quedañaron a terceros en otro momento. Siento que solo describe una serie de infortunios, sin razón aparente.
Me hace pensar un poco en la desesperanza de las personasde verdad desafortunadas, pienso en todos aquellos victimas en serio de las injusticias, me ha provocado el libro, nuevamente una conciencia de soledad, en la cualahora nace una nueva y cruel premisa: nadie va ayudar a otra persono por el simple hecho de hacerlo. Siempre hay intereses en juego y negociaciones que plantear.