LUIS ANTONIO DE VILLENA
Cuando las Baladas líricas aparecieron, por vez primera, en 1798 (obra de Coleridge y Wordsworht, pero sobre todo del segundo) esos poemassorprendieron al público por su tono nuevo y renovador; y ello trajo al libro (que se agrandaría a dos tomos tras la primera edición) éxito y polémica. ¿Era aquello "poesía"?, dijeron quienes seguíanaún preceptivas barrocas o neoclásicas. Aquello era el primer vagido inglés de lo que llamamos poesía romántica y que se complementaría -hablando a nivel europeo- con los poemas alemanes de otros poetasdel tiempo (Hólderlin, desde luego) es decir, que nacía la lírica romántica. El romanticismo, a secas, por excelencia.
La sorpresa que causaron estos poemas -la singularidad de su tono- hizo queWilliam Wordsworth (1770-1850) redactara el prólogo a la segunda edición y la adenda para la tercera (muy complementarios) que deben considerarse como una preceptiva romántica que tuvo -y sigueteniendo- enorme influencia en la lírica occidental contemporánea. Wordsworth definía la poesía como el "espontáneo desbordamiento de intensas emociones" (the spontaneous overflow of powerful feelings). Apartir de ahí, concluye Wordsworth que el placer que todo poema debe producir-surgido de la manera de decir las intensas emociones-debe alejarse de lo que él denomina "dicción poética" (la retóricalírica del Barroco y del Neoclasicismo) para que la lengua poética, mirando a las fuentes, vuelta al lenguaje coloquial y a los hechos de la vida cotidiana. "Así pues el objetivo principal -dice- que...
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