Macroeconomia
André Breton (v.), en su primer Manifiesto, define así el s.: «Automatismo psíquico puro, por el cual sepretende expresar, sea verbalmente o por escrito, el funcionamiento real del pensamiento. Un dictado del pensamiento, con ausencia de todo control ejercido por la razón, al margen de toda preocupación estética y moral». Cirlot precisa que, para el s., «lo surreal significa, por una parte, lo que supera a la realidad; esto es, lo que la sobrepasa, lo que trasciende, lo que se aleja de ella a sutravés. Pero, por otra, define la adhesión, el encadenamiento de ese impulso a la ciega materialidad de lo real».
De modo parecido al psicoanálisis (v.) freudiano, el s. ve en lo inconsciente y en los sueños la inspiración artística. Dijérase que el poeta surrealista quiere trabajar mientras duerme, en una inconsciente aspiración de fundir dos cosas tan distintas y al parecer tanirreconciliables como son la realidad y el sueño. Y es que el mundo del subconsciente resulta algo asombroso como invención y como elemento inspirador y estímulo de la fantasía. Deahí que el s. pretenda descubrir un vasto y hondo horizonte de bellezas plásticas o poéticas no reveladas anteriormente.
«El surrealismo -dice un crítico-, ligado a conceptos literarios, musicales, coreográficos,filosóficos e incluso políticos y médicos, además de pictóricos y escultóricos, reclama como precursores a Blake, Poe, Hoffmann, Hegel, Dostoievski, Hans Holbein (el pintor de la Danza de la muerte) y cientos de genios místicos del pasado. Sin embargo, donde con más fundamento y claridad puede encontrarse un antecedente del surrealismo es en las obras de El Bosco y en la tradición indígena flamenca».Puestos a buscar precedentes, podemos añadir, por nuestra parte, que otros dos antecedentes esenciales del s. son Freud (v.) y Nietzsche (v.); y, en cuanto a sus premisas materialistas, arranca en general de Marx (v.). Literariamente, Breton, en su primer Manifiesto, antes citado, y los más significados surrealistas consideran también como precursores nada menos que a Dante (v.) y Shakespeare(v.), y luego, desde Swift (v.), Sade (v.), Chateaubriand (v.), Constant (v.), Hugo (v.) o Desbordes-Valmore a Bertrand, Rabbe, Poe (v.), Baudelaire (v.), Rimbaud (v.), Mallarmé (v.), Jarry, Nouveau, Fargue, Vaché, Reverdy, Saint-John Perse o Roussel, Nerval (v.), Blake (v.) o Lautréamont (Les Chants de Maldoror). Otro precedente, ya inmediato, es Apollinaire (v.), cuya obra (Alcools, 1913;Calligrammes, 1918) influirá en no pocas extravagancias de-Alfred Jarry, de Max Jacob y de Tristan Tzara.
Es el citado Apollinaire quien, en 1916, subtitula su obra Les mamelles de Tirésias como «drama surrealista»; con ello bautiza, antes de nacer, al nuevo movimiento, que hasta 1924 no lanzará a la calle, en su primer Manifiesto, André Breton. Conviene advertir, no obstante, que, desde...
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