Mafalda

Cómo extraño a Mafalda. Ya hace tantos años que se fue y todavía la tengo tan presente, es que después de su partida, las otras perras no pudieron reemplazarla.
Me acuerdo cuando la trajeron deCañuelas, estaba dentro de un paquete, era chiquita y nerviosa. La pusimos en una caja de cartón de aceite y como hacía frío la tapamos con un pedazo de frazada.
La primera noche que llegó, como todo niñoestaba conmocionado y fascinado con aquel animalito. Me levanté para ver si la perrita dormía y por el ruido que hice la desperté, pensé que tenía hambre y le serví leche en un tarrito. Tomaba a granvelocidad y con una desesperación asombrosa; la levanté la llevé a mi habitación, la hamaqué un rato y me quedé mirándola hasta que me dormí.
Era como el hermano que nunca tuve, compañera de juegosy travesuras. Tenía el pelo marrón clarito, el pecho y las patitas blancas, la trompa corta y negra. De raza mestiza, mezcla de boxer y ovejero alemán, linda pero muy linda.
Teníamos en casa unjardín muy amplio que aprovechábamos con “la Mafa” para usarlo con todo tipo de divertimentos. Se prendía en todos, desde la pelota, el caballito, hasta disfrazarse de hombre con gorra y anteojos. En lapieza de mi madre con las sábanas las transformábamos en carpa y por supuesto en la cama acampábamos con la perra.
Crecimos juntos. Me esperaba detrás del portón de entrada de regreso de la escuela. Lahabía adiestrado para llevar el diario con la boca y entregarlo a quien se lo pida. Me daba la patita y por su puesto comía todo lo que yo comía. Le encantaban las golosinas, el helado y galletitasdulces.
Era una integrante más de la familia; presente en la mesa apoyaba su hocico sobre alguna pierna y de pedigüeña algo ligaba.
También salía de vacaciones, todo un acontecimiento, tomaba sol enla playa y se bañaba en el mar.
Era mi acompañante en cualquier viaje que emprendiera, se sentaba a mi lado y disfrutaba el paseo sin moverse del asiento. Ahh y guarda que alguien se acercara al...