Malos Tiempos Para La Libertad En América Latina

Malos tiempos para la libertad en América Latina
Juan David García Ramírez

Ahora mismo, los amantes de las libertades civiles y políticas nos hallamos confrontados por una realidad trágica, que nos invade de tristeza y decepción: Los últimos acontecimientos en Honduras, en donde las instituciones del Estado de Derecho han sabido actuar y exigir el respeto a las reglas del juego democrático y,con valor, cerrar la puerta a las pretensiones golpistas del expresidente Zelaya, nos llevan a hacer una reflexión urgente acerca de la poca estima que la libertad merece para los políticos estrella de América Latina: Si observamos las maniobras manipuladoras y deformadoras de los hechos recientes, por parte de la autocracia megalómana de Hugo Chávez y su pandilla de populistas embolismadores,sólo podemos sentir horror, indignación por el ultraje a los principios elementales de la democracia y el Estado de Derecho, y un temor inconmensurable ante el futuro que espera a nuestras sociedades. El totalitarismo ha podido instalarse sin obstáculos en varios países del continente, con un discurso decadente y peligroso, pero también atractivo, diseñado para la casta de hombres obsesionados conel poder político absoluto, y para los individuos irresponsables y carentes de aprecio a sí mismos, que esperan del Estado la solución definitiva a todos sus problemas (con el dinero de los demás).

La Revolución Bolivariana, con su proyecto del Socialismo del siglo XXI o, para nosotros, el Embeleco Liberticida impulsado por la dictadura de Hugo Chávez, ha recibido los aplausos de narcisosdesgobernantes como Daniel Ortega, Evo Morales, Rafael Correa, Cristina Fernández de Kirchner, Lula da Silva, y el obispo Lugo. Ha gozado del favor de una cálida y tierna sonrisa de la socialburocracia chilena y uruguaya, y en Colombia, recibe cada día un siniestro espaldarazo de los amigos progresistas y políticamente correctos de las FARC, una de las mayores organizaciones terroristas del mundocontemporáneo. ¡¿A dónde se ha ido la gente decente?! ¡¿Perdieron nuestros representantes el valor para defender la libertad y la democracia?! Creo que el exceso de diplomacia ha secuestrado las voluntades de los jefes de Estado latinoamericanos, les ha debilitado, anulado, atado a un compromiso absurdo de guardar silencio en todo momento y lugar, en virtud del respeto al derecho de los pueblos a suautodeterminación, un principio sin contenido axiológico, más parecido a una norma de etiqueta para cenas de gala en embajadas, que a una regla de comportamiento de los estados en la sociedad internacional. Embriagados, pues, de supuesto respeto a la soberanía y al derecho de los ciudadanos a elegir y soportar el dictador que quieran, los gobiernos de Estados Unidos, Colombia, Perú, México,Chile, Guatemala, Costa Rica, Panamá y El Salvador, de quienes se esperaba una actitud auténticamente democrática, valiente, de rechazo afirmativo al asedio que la OEA (Orquestamos Estados Autoritarios; el nuevo nombre de la organización se atribuye a un amigo mío) practica hoy con Honduras, han preferido ser educados y conservar las buenas maneras, para no provocar el enojo de los tiranos de Centro ySuramérica. No han dicho una sola palabra al respecto, se han ocultado detrás de sus complejos y falta de convicción para hacer valer la única democracia posible: La democracia liberal.

Honduras se está quedando sola, no tiene aliados en los gobiernos latinoamericanos, ni aún en aquellos que todavía son inmunes al cáncer de la utopía socialista. Lo que ocurre es el reflejo del mundo actual, unmundo cansado y débil, que está perdiendo el interés por la vida en un ambiente de libertad. Occidente, convertido en un gran tigre de papel, actúa como espectador de la gran anarquía internacional y se ha despojado de referentes éticos para resolverla. Se sitúa en una cómoda posición de amigo neutral de todos (preferentemente, de las desafiantes potencias nucleares de Rusia, Irán y China,...