Mamita yunai
Clásicos
Mamita Yunai:
el infierno de las banderas
Ca rlos Luis F a l l a s
Mamita Yunai:
el infierno de las banderas
Librería, imprenta y litografía Lehmann s.a, San José, Costa Rica, 1975
© Carlos Luis Fallas © Fundación Editorial el perro y la rana, 2008
Centro Simón Bolívar Torre Norte, piso 21, El Silencio Caracas - Venezuela, 1010 telefs.:(58-0212) 377-2811 - 8084986 telefs.: (58-0212) 5642469 - 8084492/4986/4165 telefax: 5641411
correo electrónico: elperroylaranaediciones@gmail.com
Edición al cuidado de
Coral Pérez
Transcripción
Yaneth Mendoza
Corrección
Coral Pérez Ybory Bermúdez
Diagramación
Mónica Piscitelli
Diseño de portada
Carlos Zerpa
Imagen de portada
isbn 980-396-608-9 lf 40220071003139
LaColección Los ríos profundos, haciendo homenaje a la emblemática obra del peruano José María Arguedas, supone un viaje hacia lo mítico, se concentra en esa fuerza mágica que lleva al hombre a perpetuar sus historias y dejar huella de su imaginario, compartiéndolo con sus iguales. Detrás de toda narración está un misterio que se nos revela y que permite ahondar en la búsqueda de arquetipos que definennuestra naturaleza. Esta colección abre su espacio a los grandes representantes de la palabra latinoamericana y universal, al canto que nos resume. Cada cultura es un río navegable a través de la memoria, sus aguas arrastran las voces que suenan como piedras ancestrales, y vienen contando cosas, susurrando hechos que el olvido jamás podrá tocar. Esta colección se bifurca en dos cauces: la serieClásicos concentra las obras que al pasar del tiempo se han mantenido como íconos claros de la narrativa universal, y Contemporáneos reúne las propuestas más frescas, textos de escritores que apuntan hacia visiones diferentes del mundo y que precisan los últimos siglos desde ángulos diversos.
Fundación Editorial
elperroy larana
Politiquería en el Tisingal de la leyenda
I El jueves 8de febrero, a las seis de la mañana, estaba yo acomodándome en el tren local de La Estrella. Por todo equipaje llevaba dos bolsas de papel de las de a diez céntimos, y, dentro de ellas, ropa interior, un foco, una cajita con la máquina de afeitar, un paquete de cigarrillos, el cepillo y la pasta; además, y bien envueltas, mis credenciales de fiscal y mi cédula de identidad, una Ley de Eleccionesy unos cuantos folletos y hojas sueltas. Habiéndome agenciado con un compañero una jacket de cuero amarillo, completé la indumentaria para el viaje con un pantalón viejo, unos zapatos turrialba reforzados con buena media suela y un sombrero de paja de los de a veinte reales. No llevaba armas de ninguna clase y disponía de dieciocho colones para todo el viaje. Después de acomodar los pies en elasiento del frente, comencé a examinar a mis compañeros de viaje. El tren iba repleto de pasajeros que se apiñaban hasta en los balcones de los carros. La mayor parte del pasaje se componía de elementos jóvenes de la raza de color. En uno de los asientos de adelante, el hijo de un finquero y el empleado de un comisariato flirteaban con dos guapas negritas que iban sentadas frente a ellos. Reían ellasde las insinuaciones maliciosas de los muchachos, y al hacerlo ponían al descubierto sus bien conservadas y blancas dentaduras. Lucían traje de hombre: pantalón “baloon” y saquitos de tela blanca, bien engomados y aplanchados. Con sus zapatos blancos de tacón bajo; con sus camisas de cuello abierto, de seda roja la una y azul la otra, y con sus diminutos sombrerillos de fieltro caídos sobre unade las cejas, llamaban la atención.
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colección los ríos profundos
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En un rincón, una familia atendía al padre enfermo, posiblemente recién salido del hospital. Abundan las madamas de grandes sombreros y carnes exuberantes. En medio de un maremagnum de inglés y español comenzó el desfile de las estacioncillas: Beverley, La Bomba, Bananito... En todas el mismo trajín de carga y...
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