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Erase una vez un niño llamado estadística el cual le encantaba jugar con sus compañeros pero se sentía triste porque siempre que se acercaba a ellos salían corriendo, cada vez que les iba a hablarlo ignoraban o se burlaban todos de él. Todos sus días eran iguales ninguno le hablaba aunque de vez en cuando en la salida lo saludaban pero eso solo sucedía cuando el rector del colegio estaba cerca.Estadística todas los días buscaba la manera de poder unirse a ellos pero nunca lo lograba, lo único que ocasionaba es que sus compañeros les dijeran cosas como estas: que en el club de ellosprohíben según su lema basado en el teorema de pitágoras y la ecuación a compañeros como él, dijo matemáticas; que según el pacto de berlin estipulado después de la quinta guerra de letras mundial seestableció en los extra objetivos que cada cosa y cada materia va en su lugar, dijo sociales; que rechazaban el cerebro porque no va con la fuerza y nadie necesita hacer un análisis de un gol o de nadadosincronizado, dijo deportes; y la música se libró de este lio hablando en su particular lenguaje Do,Re,Mi,Fafafafafa,Sol; pero política fue más grosera porque aun sabiendo que estadística se podíadesempeñar en todos los aspectos fue la primera en oponerse a ella, pues sentía celos y no quería que la dejaran a un lado.
Hasta que un día estadística se le ocurrió la idea de ir a la biblioteca ybusca ayudar en los libros, y cuando llego allí busco y busco libros que le dieran solución a su problema pero nada que encontraba alguno, hasta que al final encontró un libro por allá escondido quese llamaba aplicación de la estadística y su autor era José María Ibáñez así que se fue en buscada de este señor y les hablara a sus compañeros para que no lo rechazaran.
Al día siguiente JoséMaría Ibáñez llego al colegio y les explico a los estudiantes que estadística servía desde impulsar la tecnología en aviación; auxiliar a los músicos a producir música; ayuda a los investigadores a...