marchas militares
prescindible posteriormente. El segundo claro, más cercano por ubicación en el camino decronos, aun sigue avanzando en la medida que se desarrollan nuevas tecnologías que permitan manipulardigitalmente los elementos que se convertirán en expresiones artísticasobjeto de contemplación futura.La Idea–elemento principal del arte conceptual– nos permitió apreciar el arte desde otra perspectiva, una en la que el objeto pasaría convertirse en un elemento de segundo uso yreconocimiento, ya que sería/rá necesario ese objeto en una primera mirada, solo como punto de referencia para armar unrompecabezas de ideas que producen/cirán un estimuloante los observadores del arte. El objeto se hizo/hace necesario pero no indispensable y laidea se convertiría en el corazón y razón de una obra artística.La Digitalización, la búsqueda de transformar por medio de vectores, pixeles y bits, losobjetos del mundo real, nos permite, sustraer la forma del cuerpo físico y representarlo enuna imagenbidimensional o tridimensional que ópticamente puede engañarnos al momentode tratar de diferenciar lo real de lo digitalizado, de lo virtual –aunque no ha logrado aúnengañar totalmente la mirada del hombre quien desde pequeño se entrena para perder esacapacidad de asombro que le es innata y que va de la mano de otra cualidad que es lacuriosidad por conocer– , y a pesar de ese querer traducir losobjetos físicos a lenguajesmatemáticos –hago referencia a la composición binaria con la que funcionan losordenadores y mediante la cual se dan esos procesos de virtualización–, el objeto que seconvertirá en una pieza de arte, posee una forma que en su base, en su origen fue/es física.Ladigitalización del artenos permite apreciar otra perspectiva del arte, una en la que ya nohay objetos palpables,tangibles, una que prescinde del objeto físico inclusive desde la3
primera mirada, virtualizando mediante una representación digital aquello que se deseaconvertir en arte para mover de alguna forma el corazón y la razón humana.La niebla en esa selva oscura del arte, incomprendida por la mayoría, ve la luz en uno deesos parajes en el que todos –tanto artistas como observadores del arte– puedendetenerse acontemplar el arte de manera inmediata, sin tanto estudio de las formas, texturas, modelosde expresión, inclusive ni siquiera ver el arte desde una teoría que clasifique dentro de unacorriente o sistema según sea la época o según quien haya producido la obra de arte.Encontramos que esos parajes son esas perspectivas de ver el arte, de entenderlo y de producirlo. Pero el camino es largo y...
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