Martin luther king

SOBRE MARTÍN LUTERO, LA REFORMA PROTESTANTE Y EL CHILE QUE NOS TOCA VIVIR. 1.- A MODO DE INTRODUCCIÓN. Detengámonos por un instante en el hombre detrás de las ideas. Fijemos nuestra atención en la persona de carne y hueso llamada Martín Lutero antes de entrar a analizar el movimiento al que dio origen y de las muchas reacciones que esto trajo consigo. Así las cosas, ¿a quién tenemos al frente?Pues bien, a un hombre que nació en Eisleben; que dejó la abogacía para servir como monje en Erfurt; que dictó cátedra en Wittenberg como doctor en teología; que clavó sus tesis en las puertas de un castillo; que quemó la bula papal que pretendía excomulgarlo; que se opuso a la abdicación de sus ideas aunque se lo pedía la Iglesia y el imperio; que tradujo las Escrituras mientras permaneciófugitivo; que se casó con una religiosa, no obstante el juramento de celibato que una vez le ofreció a su Dios; y quien después de mucho ir y venir regresó para morir a su aldea natal. Considerando este curriculum advierto de inmediato que existen -al igual como sucede casi con cualquier personaje de la llamada “historia universal”ciertas formas erróneas de interpretarlo, sobre todo si en el fondo lo quequeremos es llegar a conocer a la persona que lo escribió. De entrada sugiero que existen dos vías equivocadas para introducirnos a la mente y corazón de Martín Lutero. Pienso que estos dos errores –bastante comunes por lo demás- son la sacralización de su vida o bien, en el otro extremo, su ignorancia total. Así, habrá quienes yerren por cuanto siempre querrán ver a Lutero como el portavoz sinmácula de una revelación divina absoluta; pero también habrá de aquellos que -desde otro ángulo igualmente viciado- se empeñarán por sacarlo de la historia de la iglesia y pensar que ésta puede leerse sin los capítulos que dicen relación con la vida y obra de este monje alemán. Veamos una y otra opción. El error de la sacralización de la persona de Lutero pasa por acrecentar tanto su figura, obra einfluencia que al resto de los mortales no nos queda más que sentirnos aplastados ante tamaño peso de gloria.

Ese tipo de lectura no despierta deseos de imitación, sino un temor que paraliza al punto de decir: “aléjate de mi que soy un pecador”. No creo que esa sea la mejor vía de acceso hacia una personalidad multifacética y fascinante como la de Lutero. Pero como ya dije, igualmentecuestionable es optar por ignorarlo. Esta falacia se basa en la desacreditación rotunda del mensajero al punto de concluir que, en consecuencia, el mensaje que porta es también de dudosa calidad en cuanto a su contenido. Esta vez el truco consiste en bajarle el perfil, “chaquetearlo”, desconocerle todo mérito en la renovación de la fe y, por el contrario, achacarle solo los errores y posteriores excesos enlos que cayeron a corto andar algunos reformadores de la fe. Aquí se hallarían, por ejemplo, aquellos que no le perdonan a Lutero el hecho de no haber optado por una desafiliación radical e inmediata de entre las filas de la iglesia católica romana o quienes pongan de su cargo los sangrientos resultados la denominada “Guerra de los campesinos” de 1525. Este ensayo pretende discurrir sobre unapremisa diferente a las dos anteriores. Es una suerte de invitación a optar -deliberada y concientementepor estudiar, criticar y redescubrir la persona e influencia de Lutero. Es elegir por acercarse a este monje para tratar de entenderlo en su contexto, leerlo como un personaje de su tiempo y, finalmente, aceptarlo con sus vicios y virtudes. Las líneas que prosiguen se dividen en dos partes. Laprimera pretende poner sobre la mesa algunos de los aportes que Lutero legó a favor de la cultura occidental (en general) y de la cosmovisión cristiana (en particular). En este sentido, me perece importante que a la hora de los recuerdos y los balances seamos justos y podamos sacar a relucir – a pesar de las distancias y los tiempos- cuestiones concretas tales como, por ejemplo, su pensamiento...