Materialismo y revoluci n Jean Paul Sartre 1946
BUENOS AIRES
Título del original francés
MATERIALISME ET REVOLUTION
Traducción de
B ERNARDO G UILLÉN
Queda hecho el depósito que previene la ley 11723
by E DITORIAL LA PLEYADE — Sarandi 748 — Buenos Aires
Impreso en la Argentina — Printed in Argentina
Jean-Paul Sartre
Materialismo Revolución
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JEAN — PAUL SARTRE
MATERIALISMO
Y REVOLUCION
INDICE
El mitorevolucionario............................ 4
La filosofía de la revolución.................. 29
Jean-Paul Sartre
Materialismo Revolución
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I
EL MITO REVOLUCIONARIO
Los jóvenes de hoy no se sienten cómodos. No se reconocen ya el derecho de ser jóvenes, y se diría que la juventud, más que una edad de
la vida, fuese un fenómeno de clase, una infancia indebidamente prolongada, un plazo deirresponsabilidad que se acordara a los hijos de
papá, puesto que los obreros pasan sin transición de la adolescencia a
la edad de hombre. Nuestro tiempo, que sigue a la liquidación de las
burguesías europeas, liquida también ese período abstracto y metafísico, del que siempre se ha dicho: "Hay que pasar por él". Como avergonzados de su juventud, y de esa disponibilidad que en otros tiempos
estaba de moda, lamayoría de mis antiguos alumnos se casó muy
pronto, y son padres de familia antes de haber terminado sus estudios.
Aún reciben a fines de mes un cheque de su familia, pero como nos
les basta deben dictar lecciones, traducir o hacer "suplencias". Son
semi-trabajadores, comparables en cierto sentido a mujeres mantenidas y en otro a obreros a domicilio. No se toman tiempo (como hacíamos nosotros a suedad) para jugar con las ideas antes de adoptar
una: son ciudadanos y padres, votan, tienen que definirse. Claro que
no es un mal; después de todo, es conveniente que se los invite a elegir desde el primer momento: por o contra el hombre, por o contra las
masas. Pero si toman el primer partido, comienzan las dificultades,
porque se los convence de que deben despojarse de su subjetividad;
perocomo aún están dentro de ella, sólo se disponen a hacerlo por
motivos que siguen siendo subjetivos; se consultan a sí mismos antes
de lanzarse al agua, y en el acto la subjetividad asume para ellos una
importancia tanto mayor cuanto que meditan con más seriedad abandonarla, y comprueban con irritación que su concepto de la objetividad es aún subjetivo.
Así se vuelven sobre sí mismos sin poderdecidirse; y si lo hacen será
con los ojos cerrados, de un salto, por impaciencia o por cansancio.
Pero no por eso habrán terminado con las vacilaciones. Ahora se les
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pide que elijan entre idealismo y materialismo: se les dice que no hay
término medio y que si no es lo uno será lo otro. A la mayoría de ellos
el materialismo les parece filosóficamentefalso: no comprenden cómo
la materia podría engendrar la idea de materia. Protestan, sin embargo,
que rechazan el idealismo con todas sus fuerzas; saben que sirve de
mito a las clases poseedoras, y que no es una filosofía rigurosa sino un
pensamiento harto difuso, que tiene por función enmascarar la realidad o absorberla en la idea. “No importa”, se les responde, y si a ustedes les repugnan lasastucias de los universitarios, serán víctimas de
una ilusión más sutil, y tanto más peligrosa".
De este modo se sienten acorralados hasta en sus pensamientos, a los
que se envenena de raíz; se sienten condenados a servir a su pesar una
filosofía que detestan, o adoptar por disciplina una doctrina en la que
no pueden creer. Han perdido la despreocupación propia de su edad
sin adquirir la certeza de laedad madura; no están ya disponibles, y
sin embargo no pueden alistarse; siguen a las puertas del comunismo
sin atreverse a entrar ni a alejarse. No son culpables: no es culpa suya
si aquellos mismos que dicen profesar la dialéctica hoy quieren obligarlos a elegir entre dos contrarios, y rechazan, con el nombre despectivo de "tercer partido", la síntesis que los abrazaría. Como son profundamente...
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