Maxmanu87

1. FICHA TÉCNICA DEL LIBRO:
HUMILDE CONDICIÓN. EL PATRIMONIO CULTURAL Y
LA CONSERVACIÓN DE SU AUTENTICIDAD.
María Pilar García Cuetos. Ediciones Trea. Gijón, 2009. 267 págs.
2. ARGUMENTO
En este capítulo del ensayo de García Cuetos, denominado “El valor de la autenticidad”, nos adentramos en una reflexión sobre el valor de la autenticidad en el patrimonio cultural arquitectónico, estepatrimonio es considerado parte de nuestra memoria colectiva, y por lo tanto es necesario la preservación de su autenticidad.
Todo esto a pesar de existir acuerdos y pactos universales, donde el mayor problema es la definición y delimitación de lo auténtico, que da lugar a malas interpretaciones, o simplemente a la interpretación libre.
Por eso en algunos lugares se llega a aberraciones porinfringir los límites de la intervención, y en otros se envasa al vacío material que simplemente tenía un valor a partir de su función en la sociedad y no ahora transformado en reliquia.
Por ello se debe ser cauto, pero sobre todo se debe buscar unas directrices internacionales en las que las características especiales de esa cultura tengan cabida y no se vean desplazados.

3. ANÁLISIS DELCONTENIDO DE LA OBRA
Para explicar todos estos puntos comentados, la autora echa mano de la evolución histórica del términoautenticidad , así como las distintas definiciones de autores.
Otro recurso que utiliza es la del paralelismo del término autenticidad con otros como realidad o veracidad, lo cual en términos de patrimonio cultural nos sirve para recapacitar sobre la restauración del patrimoniodegradado y su posible intervención.
Uno de los primeros autores que se atrevió con este tema y consiguió crear todo una escuela (Service des Monuments Historiques) alrededor de su pensamiento fue Viollet-le-Duc, el cual consideraba el valor del monumento en su calidad de asentamiento de valores colectivos, pero también en su carácter de organismo lógico, no siempre materializado de la maneraidónea.
Es decir, este autor vinculaba la autenticidad a la función del edificio, pudiendo por tanto incluso modificarse la forma original, pues el arquitecto restaurador estaba capacitado y legitimado para ello.
Por otra parte encontramos a Quatremère de Quincy que con su “Dictionaire Historique”, defendía el respeto absoluto.
Por tanto nos encontramos ante dos posiciones contrarias, una la deViollet-le-Duc más bien Darwiniana, en la que la evolución forma parte del discurrir del edificio y otra en la que autores como Ghilhermy o Daly que consideraban que restituir suponía en buena medida inventar y que, por lo tanto, no era lícito hacerlo.
Por otra banda la escuela italiana, mediante el instrumento de las cartas, que alcanzaron una repercusión internacional, y el establecimiento del métodocon forma de marco legal, difundió e impuso el criterio del respeto por el valor documental del monumento de “no falsear la historia”.
Pero ¿Que debía hacerse cuando se daban casos de guerras o desastres naturales que destruían todo?
Aquí aparece Giovannoni con sus fieles réplicas y sus reconstrucciones por analogía,apoyadas por las Cartas del Restauro del 72 y el 87, en las que se admitía un“moderado violletanismo”.
Desde entonces la teoría de la restauración europea ha estado enfrentada a una contradicción evidente respecto a conceptos como autenticidad, identidad, material o valor y verdad histórica.
En Europa, pese a que se defiende la idea de que la autenticidad de la materia arquitectónica debe primar, la práctica reconstructora, repristinadora, se mantiene, justificadafundamentalmente por la necesidad colectiva de mantener el valor emocional, de memoria, de ciertos bienes, del paisaje urbano; de recuperar la adversidad la sensación de normalidad, por la imposibilidad de nuestra sociedad de aceptar la pérdida de lo que consideramos bien colectivo fundamental e inalienable, seña de identidad colectiva.
Está claro que debemos situar el debate sobre la autenticidad...