Mi Maldita Perdici N 2

MI MALDITA PERDICIÓN

“¡Guadalupe, Lupe! Espera… no te vayas hija por favor”. Era mi madre gritando y llorando desesperadamente, implorando para que no me fuera; ojalá hubiera escuchado sus palabras, tal vez hoy no estaría contando esta historia, tal vez estaría en mi hogar, disfrutando de una familia, cuidando de unos hijos, pero no fue así.
Todo comenzó meses antes de acabar el colegio, medestacaba por ser la mejor estudiante del grupo, mi sueño era ir a la universidad y convertirme en médica, quería curar a mi hermano y sacar adelante a mi madre y a Sofí, mi hermanita. La verdad era muy ingenua, apenas con lo que ganaba mi madre alcanzaba para cubrir el arriendo y algunas medicinas que mi hermano con leucemia necesitaba para estar estable, la otra parte que ganaba yo como mesera demedio tiempo en un bar, cubría lo de la comida y los servicios de la casa. Nunca iba a entrar a la universidad, quizás por eso la idea que ya casi me graduaría me daba mucha tristeza, quería seguir aprendiendo y seguir viviendo de la ilusión que mi única realidad era estudiar y disfrutar de los frijolitos que mi mamá nos hacía con tanto amor después de un día pesado.
Juli, mi mejor amiga fue la queme consiguió el trabajo en el bar de don Jaime, recuerdo mucho sus palabras “mamita para usted triunfar tiene que trabajar en lo que le mande la vida, nada de estudio, eso déjeselo a los que tienen plata” y en parte tenía razón, el estudio solo era para los gomelitos que tenían una vida asegurada, no para alguien como yo, que vivía de lo que le deparara el día. Lo que yo no sabía es que en eselugar al que entre con tanta esperanza de ayudar a mi familia, iba a encontrar mi maldita perdición.
Cuando fui por primera vez al bar, el dueño me evaluó de pies a cabeza como si fuera una mercancía, me entrego un uniforme muy vulgar y me lo hizo probar para ver cómo me quedaba, con la cara que hizo creo que le guste, me preguntó donde vivía y que si estaba dispuesta a hacer lo que fuera por eltrabajo, la pregunta me quedó sonando pero a todo le respondí que si con suma certeza pues el trabajito lo necesitaba. Esa noche llegue feliz a la casa a darle la noticia a mi mamá, a Pablo y a Sofía: “Doña Carmen adivine, me conseguí un trabajito que nos va a ayudar con los otros gastos que tenemos”, por la acara que hizo no vi muy contenta a mi mamá con la noticia, tal vez porque ella si tenía laesperanza que lo único que nos sacaría de esa vida iba a ser que yo me convirtiera en una profesional, bobadas que pensaba mi mama; al final la convencí, diciéndole que solo era un trabajo de medio tiempo y que me lo había conseguido un profesor del colegio, pues si le decía que fue Juliana me lo iba a prohibir rotundamente, a Carmen no le gustaba mucho mi amistad con ella, decía que era muyalborotadita y que si seguía con esa junta me iba a llevar por el mismo camino.
Tenía que trabajar viernes, sábados y domingos, de nueve de la noche hasta las dos de la mañana, don Jaime el dueño era amable y con Juli me fui adaptando al trabajo, hasta ese top y el shorcito que usaba de uniforme se me veían lindos, pues yo no era fea, yo tenía lo mío como buena paisa, por eso me aceptaron, en el lugarsolo trabajaban niñas lindas de las paisas finas. Los clientes tampoco eran cualquier cosa, desde los más gomelitos hasta los duros de los duros se aparecían allá, nunca me iba del bar sin unas buenas propinas. Juliana ganaba más que yo, el trabajo no era solo de mesera, ellas le ofrecían sus servicios a los clientes y aunque me mantenía presionando constantemente “Lupe hágale, esa virginidad nole va a durar toda la vida mamita, gánese algo en vez de entregársela a cualquier baboso”, me decía que con la plata que me iba a ganar en eso, iba a llevar a mi hermano a una clínica con mejores especialistas e iba a ayudar a mi mama para que no le tocara tan duro en ese trabajo de cocinera donde se ganaba un sueldo miserable. Yo tenía claro que esa no era una salida pero no niego que la idea...