Mi Padre Es Un Hooligan

Este artículo refleja los resultados de un estudio encargado por el Gobierno Vasco sobre la violencia en el deporte escolar, en el que se refleja que los padres son una de las principales causas de dicha violencia. Este estudio ha tenido un gran impacto en la sociedad vasca, con reseñas en la prensa local (Diario Vasco y El Correo), así como en las webs y blogs de federaciones, colectivosarbitrales, de entrenadores – monitores, clubes,…, lo que refleja la gravedad de la situación al pervertir los principios del deporte formativo (compendio de valores y competitividad) por generación de agresividad y violencia. El informe revela que la agresividad de los padres (y de las madres) de los deportistas es el segundo motivo más importante (detrás de la falta de educación de los violentos)traducida en agresiones verbales hacia los deportista, entre los propios espectadores, entre los jugadores y, afortunadamente, un menor tanto por ciento a agresiones físicas Esta actitud belicosa de los padres es también motivo de estudios y artículos en otras Comunidades (Aragón, Cataluña, Rioja, Madrid, Andalucía y Murcia), como hemos encontrando al estudiar este caso en Internet La actitud demuchos adultos cuando sus hijos saltan al terreno de juego es más propia de un “hincha fanático”, se trata de padres que se quejan continuamente e insultan, presionando en exceso a los niños para que ganen y van en contra del árbitro y el rival; y este comportamiento “es cada vez más frecuente” indica Carolina Garzo, responsable del Área del Deporte Escolar de la Generalitat de Cataluña. Semejanteconducta se graba en el chaval, “Los niños están en pleno proceso de formación de su autoconfianza, de la capacidad para tomar decisiones y resolverlas”, comenta Fernando Gimeno, profesor de Psicología en el Deporte, en la Universidad de Zaragoza. Y los chicos buscan el reconocimiento de sus padres por lo que el mensaje “yo quiero que seas el mejor y no puedes fallar” resulta mucho más negativo que elde “esfuérzate, haz lo que puedas y disfruta”. Cuando un padre se obsesiona porque su hijo brille suele acabar mal. La práctica deportiva es una escuela, donde las relaciones humanas y la necesidad de cumplir con una serie de requisitos bajo una experiencia organizada y normalizada, hacen de él una potente herramienta para transmitir esos principios. El deporte es un instrumento educativo muypoderoso y las malas actitudes de algunos padres amenazan los grandes valores del deporte, (como el esfuerzo, sacrificio, 1

responsabilidad, tolerancia a la frustración, trabajo de grupo, solidaridad, respeto a los compañeros, a los rivales; además de desarrollar el estado físico y mejorar la concentración), consiguiendo confundir al niño, estresarlo y que viva el deporte desde la confrontación.El problema está en que los adultos tienen la imagen del deporte profesional grabada. En la liga de fútbol, de baloncesto, olimpiadas, mundiales,…. el objetivo principal es ganar. Y algunos no comprenden que la finalidad en el deporte infantil es la participación, no la selección. La victoria queda en un segundo plano. El ansia por ganar favorece la rivalidad, la ansiedad y la violencia. Por loque en el deporte de los pequeños los valores, citados anteriormente, prevalecen debiendo ser su objetivo el formativo. Esta competitividad mal entendida es causa por tanto de la agresividad y de la violencia, que normalmente no nace de los jugadores, sino de la “grada” (a través de los padres sobre todo) siendo los causantes de ellas en el deporte escolar. Esta obsesión por ganar hace que algunospadres olviden la vertiente lúdica y formativa del deporte y se comporten de forma poco didáctica, convirtiendo lo que tenía que ser una agradable experiencia para el niño en un lamentable espectáculo Los padres que, por un lado son imprescindibles para facilitar la práctica deportiva de sus hijos (transporte, compra de equipación, organización del fin de semana,…) se convierten, como hemos visto...