miguel hidalgo


LA RESTAURACIÓN DEL ANTIGUO RÉGIMEN
(EL REINADO DE FERNANDO VII)
El retorno del absolutismo y su pugna con el liberalismo (1814-1833).
Mientras la Europa vencedora de Napoleón decide en el Congreso de Viena sus destinos España, absorbida por su propia crisis política y por el problema de secesión planteado en las colonias de ultramar, queda marginada, pese a la importancia del papel jugadoen la lucha contra el Imperio napoleónico, a la hora de tomar decisiones.
En parte este aislamiento, que en gran medida va a caracterizar la política exterior de la España decimonónica, puede explicarse si tenemos en cuenta que la lucha mantenida por los españoles, salvo la alianza con los ingleses, se ha realizado al margen de cualquier coalición con los países de la Europa continental. Dealguna forma puede considerarse que España dejó su política exterior en manos inglesas cuando, al término de la lucha armada, renovó su alianza con Gran Bretaña (5/07/1814) para que ésta se comprometiera a no prestar ayuda a los insurrectos de las colonias, renunciando España, en contrapartida, a proseguir su tradicional política de alianzas con la Francia borbónica.
De otro lado, no podemos olvidarque al término de la Guerra de la Independencia, España carecía de una fuerza operativa de aplicación inmediata, y la carencia de fuerza constituía un elemento negativo a la hora de participar en las decisiones continentales. Pero además el país carecía también de una clara orientación en lo referente a la política exterior.
Pese a este aislamiento, lo mismo que en la Europa del Congreso de Vienase produce el retorno hacia las formas de gobierno absolutis­tas, también en España el proceso es similar.
En su momento, las Cortes de Cádiz dispusieron (Decreto de 1 de enero de 1811) que ninguna disposición de Fernando VII en tanto se mantuviera prisionero de Napoleón, tendría validez. Posteriormente, con el objeto de garantizar la continuidad de la labor realizada en los años de la guerra,promulgaron un decreto (2 de febrero de 1814) por el cual Fernando VII debería jurar la Constitución para poder ejercer sus facultades como monarca. Las Cortes prohibían al Rey entrar en España con escolta armada y le marcaban un itinerario preciso en su viaje hasta Madrid. Al no observar Fernando VII estas imposiciones de las Cortes, el conflicto estalló inevitablemente.
Es evidente que lasCortes carecían de fuerza para hacer observar sus disposiciones. Por el contrario, Fernando VII contaba con el apoyo popular y con la ayuda del ejército y de la iglesia, dos institucio­nes cuyas relaciones con las Cortes se habían ido haciendo paulatina­mente tensas.
Respecto a la Iglesia, las malas relaciones no son de extrañar, puesto que las Cortes habían legislado en ocasiones sobre materiaseclesiásticas sin contar con la autoridad religiosa competente. Respecto al ejército, un decreto del año 1813 disponía la sustitución de la autoridad militar por la civil en plena guerra, lo que provocó un profundo malestar por los militares. Al Rey el apoyo militar le llegó a través del Capitán general de Valencia, ciudad a la que llegó el 16 de abril. El general Elío puso sus tropas a disposición delmonarca para reintegrarle en todos sus derechos.
Además, el Rey contaba con el respaldo que le proporcionaba la situación internacional, puesto que la Europa de la Restauración, como sabemos, volvía hacia los planteamientos absolutistas.
Por esto, no resulta extraño que el 4 de mayo de 1814, Fernando VII promulgara un decreto en Valencia, declarando nulo todo cuanto las Cortes habían realizado,restableciendo el poder absoluto de la antigua monarquía.
El decreto de Valencia aparece poco después de que Fernando VII hubiera recibido, de manos de 69 diputados de las Cortes, un documento conocido como Manifiesto de los Persas.
El Manifiesto comienza impugnando las Juntas Provinciales y todo lo efectuado hasta la reunión de las Cortes. Critica una serie de artículos de la Constitución y...