Mmhmhmhh

Páginas: 97 (24221 palabras) Publicado: 10 de marzo de 2010
Libro corregido por Iddunne.
Colaboradora de www.pidetulibro.cjb.net

El Banquete. Platón

Introducción

Apolodoro (dirigiéndose a Glaucón) –Me parece que sobre lo que preguntas estoy preparado. Pues precisamente anteayer subía a la ciudad desde mi casa de Falero[1] cuando uno de mis conocidos, divisándome por detrás, me llamó desde lejos y, bromeando[2] a lavez que me llamaba, dijo: –¡Eh!, Tú, falerense, Apolodoro, espérame.

Yo me detuve y le esperé. Entonces él me dijo: –Apolodoro, justamente hace poco te andaba buscando, porque quiero informarme con detalle de la reunión mantenida por Agatón, Sócrates, Alcibíades y los otros que entonces estuvieron presentes en el banquete, y oír cuáles fueron sus discursos sobre el amor. De hecho,otro que los había oído de Fénix, el hijo de Filipo, me los contó y afirmó que también tú los conocías, pero en realidad, no supo decirme nada con claridad. Así pues, cuéntamelos tú, ya que eres el más adecuado para informarme de los discursos de tu amigo. Pero antes dime, ¿estuviste tú mismo en esa reunión o no?
Y yo le respondí: –Evidentemente parece que tu informador no te ha contadonada con claridad, si piensas que esa reunión por la que preguntas ha tenido lugar tan recientemente como para que yo también haya podido estar presente.

–En efecto, así lo había pensado–dijo.

–¿Pero como pudiste pensar eso, Glaucón?, Le dije. ¿No sabes que, desde hace muchos años, Agatón no ha estado aquí, [3]en la ciudad, y que aún no han transcurrido tres años desde queestoy con Sócrates y me propongo cada día saber lo que dice o hace? Antes daba vueltas de un sitio a otro al azar y, pese a creer que hacía algo importante, era más desgraciado que cualquier otro, no menos que tú ahora, que piensas que es necesario hacer todo menos filosofar.
Glaucón: No te burles y dime cuándo tuvo lugar la reunión esa.
Apolodoro: Cuando éramos todavía niñosy Agatón triunfó con su primera tragedia, al día siguiente de cuando él y los coreutas celebraron el sacrificio por su victoria.
–Entonces, hace mucho tiempo, según parece. Pero, ¿quién te la contó? ¿Acaso, Sócrates en persona?

–No, ¡por Zeus!. Me la contó el mismo que se la contó a Fénix. Fue un tal Aristodemo, natural de Cidateneón,[4] un hombre bajito, siempre descalzo,que estuvo presente en la reunión y era uno de los mayores admiradores de Sócrates de aquella época, según me parece.
Sin embargo, después he preguntado también a Sócrates algunas de las cosas que le oí a Aristodemo y estaba de acuerdo conmigo en que fueron tal y como éste me las contó.
–¿Por qué entonces no me las cuentas tú? Además, el camino que conduce a la ciudad es muyapropiado para hablar y escuchar mientras andamos.
Así, mientras íbamos caminando hablábamos sobre ello, de suerte que, como dije al principio, no me encuentro sin preparación. Si es menester que también lo cuente a ustedes (dirigiéndose a los demás acompañantes), tendré que hacerlo. Cuando hago yo mismo discursos filosóficos o cuando se los oigo a otros, aparte de creer que sacoprovecho, también yo disfruto enormemente. Pero cuando oigo otros, especialmente los de ustedes, los de los ricos y hombres de negocios, personalmente me aburro y siento compasión por ustedes, mis amigos, porque creen hacer algo importante cuando en realidad no están haciendo nada. Posiblemente, por el contrario, piensen que soy un desgraciado, y creo que tendrán razón; pero yo no es que lo crea deustedes, sino que sé muy bien que lo son.
Un amigo: Siempre eres el mismo, Apolodoro, pues siempre hablas mal de ti y de los demás, y me parece que, excepto Sócrates, consideras unos desgraciados absolutamente a todos, empezando por ti mismo. De dónde recibiste el sobrenombre de 'blando', [5]yo no lo sé, pues en tus palabras siempre eres así y te irritas contigo mismo y con los demás,...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS