Mototaxismo

El ancestral desorden de las vías públicas de Cartagena existente desde los tiempos de las carretas y coches, extendido a cuando llegaron las bicicletas – consideradas como elementos peligrosos en sumomento – seguido màs tarde con la presencia de los automóviles y después con las famosas “chivas”, es de nunca acabar. Por eso, en los actuales tiempos, con la arrolladora actividad que crecepermanentemente del mototaxismo la cual viene complicando la movilidad del ciudadano común y corriente, sumado a una urbe que no crece en la misma proporción en cuanto a vías se refiere, el asunto seconvirtió en un caos total.

Desde que este problema se empezó a detectar a mediados de los años 90 del siglo pasado, nuestras autoridades no lo enfrentaron para poder controlarlo a tiempo, sino que seconvirtieron en cómplices en la sombra, dejándolo crecer en forma silvestre como la verdolaga. Nadie se imaginó lo que se iba a venir encima y el guante de seda no diò espera, como contentillo de lasituación. Se tomó como excusa humanitaria que era una salida al desempleo galopante y se permitió que día a día aparecieran por docena concesionarios de motos, ofreciéndolas a crédito, sin cuota inicialy hasta sin fiadores. Ahí fue Troya, porque así cualquiera pudo adquirir un aparato de estos.

Y la motocicleta pasó de ser un medio de locomoción sano y familiar, a un diabólico instrumento parautilizarlo en toda clase de delitos, amparándose en la tácita aprobación de ser un sistema de transporte público. El usuario empezó a apoyarlo con su uso, ante el deficiente servicio de transporterepresentado hasta ese momento en taxis, buses y busetas, alternativa que cayó como anillo al dedo al tener el valor agregado de ser llevado hasta la misma puerta de la casa, circulando por los callejonesmàs perdidos, inaccesibles e intransitables de la ciudad, un lujo que los otros no ofrecen.

Además es rápido, individual, sin la presencia de “sparring”, sin música estridente, sin vendedor que...