Más Allá Del Iusnaturalismo Y Del Positivismo
Aristóteles (384–322 a.d.C.), considera que la justicia es la más
sobresaliente de las virtudes porque en ella se encuentra resumida toda
virtud y porque quien la posee puede conducirse virtuosamente no sólo
consigo mismo sino también con las demás personas. Entiende lo injusto
como lo ilegal y no igualitario, por cuanto que la ley salvaguarda la
autosuficiencia, la felicidad para la comunidad política y lo que es justo
(dikaios), lo que es proporcionado (entre dos), y equivalente por
contraposición a lo injusto que es desproporcionado. De ahí,
precisamente, la importancia social del dinero (elemento convencional) a
los efectos de establecer cambios equitativos y redistributivos, y utilizar,
inutilizar o modificar un valor.
Para Aristóteles, con independencia de la justicia en términos
absolutos (la justicia en sí misma), importa la justicia política, la justicia de
quienes participan en una vida común, con vistas a gozar de autosuficiencia y ser libres e iguales (proporcional o numéricamente).
“Dentro de la justicia política hay una natural y otra legal: la natural
tiene la misma validez en todas partes, y ello no porque parezca bien o no,
mientras que es legal la que, en principio, no importa si es así o de otra
manera; pero cuando la establecen, ya sí importa: por ejemplo, que el
rescate se haga por una mina, o sacrificar una cabra y no dos ovejas…
Algunos opinan que todas las leyes son de esta índole, pues lo natural e
inmutable tiene en todas partes la misma virtualidad … pero … las leyes
cambian … Con todo, existe una justicia que es por naturaleza y otra que
no lo es. Y entre las que pueden ser de otra manera es evidente cuál ...
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