nada

"5i hubiera visto este montón de ladri
de la car¡etera nunca habría pensado que
te".
"Pero ahora que lc ña visto en una
arte, ¿piensa que eso es arte?'
'Bueno,.supongoque debe serlo si
san así. Alguien debe pensarlo porque el
bieran pagado tanto dinero ¡roreso'.
"Bu€no, podrá ser arte para ellc, para mí
no lo es. Todavía sigue siendo un deladri- Unáiu érzár'É iat iiiiffi ntJé;
llos. ¿Por qué *ponen esta basura, en de algo cial esto eg la situaci¿n bc-ial en la crffGrñ€ un
verdaderamente artístico? (adaptadode
79&,, pp.137-732).
gustar 9 no de las crcsas. En cambio los
cen b¡otar de alguna parte dentro de r
mG, más bien misteriosamente.
podemós decir por qué preferimos el rocklas hamburguesasa l paté,los;íecnsa lm pu
talones planchados. Simplemente estos
parte de nosot¡os mismos, de nuestra
dualidad.
'viduaLlo s sociólqgos entienden esta aindiy
qué tan ve¡dadera la percibe la Pero
ellos nc piden que. tratemos de Por un
Gusto5. Tbdos los tenemos" De hecho,la m yoría de
que Poenteras.
nosotros tenernos tantosgustos di
dríamos hablar sobre ellos durante
Preferimos ciertos estilos de obras de arte,
pos de comida y vestido, cierto tipo de m tc:t, ctertas
maneras de decorar Iahabitación. I¡ li puede
non est
hay disgustos. Los gu'stos no Pueden
explicarse por fuerzas externas que
continuar y s9ría interminable. 'De qust.,
ilisputandum' dice el viejorefnán, sobrc
punto de vista de los sociólogos existen razories
identificables por las cuales una persona consideria
desarrollan co -...__-..._...9_-. _ _:___
su interacciónentre sí v de la influencia sobre el.
ppgg¡]$enei$ei"e$"oIJloleJ-lrq--lSr_.9lSo..Igg"$nqg_${q9_slg-_ll{ge.nái4á.i.
Uná iuéd;'sociat iiiiffintü;A contotto so-
Va¡io. El conto