Nada

La ciencia y la vida cotidiana: ¿un matrimonio mal llevado?
Colección Pensadores Cubanos de hoy
Autor: Dr Pedro Luis Sotolongo Codina.
Investigador Titular. Instituto de Filosofía
sotolongo@filosofia.cu
(Ponencia presentada a Congreso de Historia de la Ciencia y la Tecnología
desarrollado en La Habana, febrero 8-10 2001)
A pesar de que la ciencia y la v da cotidiana articulan de manerasdiversas,
todas ellas importantes, sin embargo, no por ello ha dejado de ser muchas
veces compleja y contradictoria la aprehensión de tales vínculos por parte de
los hombres y mujeres que hacen esa misma ciencia y viven esa misma vida
cotidiana; lo que redunda, las más de las veces y paradójicamente, en que el
obrar cotidiano de esos hombres y mujeres no sea muy “científico” y en que loscientíficos no tengan en cuenta debidamente todo lo que le deben a esa vida
cotidiana.
En el caso de las Ciencias Formales (las Matemáticas; la Lógica) y/o de las
Ciencias Fácticas Naturales (la Física, la Química, la Biología, la Geología,
etc.) será difícil encontrar a alguno de sus representantes que se muestre
acorde con que su Disciplina –y su quehacer como científico dedicado a ellaremiten,en última instancia, a la vida cotidiana. Y probablemente se afanen en
demostrarle a quién tal cosa asevere que su Disciplina y su quehacer científico
dimanan no de otro lugar que de uno u otro sistema axiomático (para el caso
de las Ciencias Formales) o de uno u otro conjunto de enunciados empíricos de
base (para el caso de las Ciencias Fácticas Naturales)
Mientras que para el caso de lasCiencias Sociales Teóricas (la Teoría
Sociológica, la Teoría Psicológica, la Teoría Económica, etc.) y de las Ciencias
Sociales Fácticas (la Sociología empírica; la Sicología experimental; la
Economía aplicada, etc.), la situación es aún más paradójica: Será difícil
encontrar a alguien –ya sea un activista social, un político, o un estudioso
académico- que bien familiarizado con la sociedad, con`lo social´, no
reconozca que el contenido de esa sociedad, de ese `lo social, proviene, se
genera, es producido –y, por cierto, de modo recurrente, es decir, una y otra, y
otra vez....- no de/por otra fuente que la del transcurrir de la vida cotidiana de
esa sociedad (de la que se trate en cada caso concreto).
En otras palabras, es de generalizado reconocimiento por los que se ocupan de
laindagación social que el obrar diario de los hombres y mujeres reales y
concretos [ y no como `robinsones´, sino en interacciones sociales con `los
demás´, todos ellos como integrantes de –e integrados en- las diversas
comunidades sociales que componen su sociedad] es el que produce y
reproduce (modificándola también) la vida social.
Por ello mismo, será también difícil hallar a alguien delos mencionados
campos sociales que no esté de acuerdo con la necesidad e importancia de
conocer lo más posible, aprehendiéndolo, ese accionar -o más bien interaccionar– comunitario de los hombres y mujeres reales y concretos, productor

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y reproductor de sus diversos contenidos sociales; de aprehenderlo – es decir,
poderlo describir empíricamente y ser capaces de conceptualizarloteóricamente- tal como transcurre en esa vida cotidiana comunitaria.
Y -ahí mismo terminan los `consensos´-. Por paradójico que pueda parecer –y
lo es, efectivamente- a partir de ese reconocimiento más o menos general,
global; más o menos abstracto, esos activistas sociales, políticos y/o
estudiosos sociales académicos aludidos comienzan a `diverger´ en cuanto –y
en la medida que- emprenden susesfuerzos dirigidos a esa aprehensión de la
vida cotidiana...... Y, como paradoja de las paradojas, ese reconocimiento
generalizado de la primacía de la vida cotidiana para cualquier contenido de `lo
social´ no es hecho extensivo al quehacer científico propiamente dicho (y
mucho menos a su propio quehacer como científicos) –como si tal género de
actividad –la de hacer ciencia- se desarrollase...