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ORDEN COLECTIVO Y DESARROLLO REGIONAL: LA REGULACIÓN SOCIAL Y CULTURAL DE LOS SISTEMAS ECONÓMICOS LOCALES.

EL IMPERATIVO REGULATORIO
Uno de los más poderosos e influyentes de la práctica de ideas en las ciencias sociales del siglo XX está representado por el modelo general de equilibrio en el mercado de la economía neoclásica. Este modelo pretende demostrar, entre otras cosas, que cuando lacompetencia es totalmente descentralizada y atomizada sistemas económicos alcanzarán una perfecta armonía entre todas las demandas, los suministros y los precios tal que la máxima eficiencia en la asignación será garantizada. El modelo, además, constituye la base de gran parte de lo que actualmente pasa por el sentido común acerca de cómo funciona el capitalismo moderno, o por lo menos cómo debefuncionar si sólo algunos impedimentos estructurales irracionales a su realización concreta completa (entre los que destacan el gobierno las burocracias) podrían ser erradicados.
El usual sentido común, por supuesto, está siempre abierto a la pregunta y la reformulación, incluso cuando se basa en lo que parece ser una lógica sofisticada. Permítanme insistir desde el principio que esta observaciónno es un preludio a un intento de negar las virtudes de la competencia y los mercados en el ordenamiento de la vida económica. Por el contrario, la eficiencia en la asignación que la competencia y los mercados promueven es el objetivo más deseable, y una condición fundamental del crecimiento económico y la prosperidad a largo plazo. Sin embargo, dos de las principales declaraciones declasificación deben ser inmediatamente avanzados. Uno de ellos es que la competencia y los mercados no son fenómenos sociales de libre flotación, sino, y como ya se ha insinuado en los capítulos anteriores, se forma y se hizo posible gracias a un marco básico de las instituciones y convenciones (por ejemplo, los patrones de la propiedad, modos de organización empresarial, prácticas gerenciales e ideologías,el sistema jurídico, las normas de socialización. El otro es que la competencia y los mercados no funcionan sin problemas, pero tienen una tendencia generalizada - en la realidad empírica - dejar de trabajar en forma eficiente predicho por el modelo neoclásico. Un orden económico laisser-faire en el sentido pleno y definitivo de ellos sólo puede existir en las fantasías libertarias, para elcapitalismo es congénitamente incapaz de reproducir los motivos principales de su propia lógica interna sin la ayuda de las infraestructuras sociales extra-capitalistas. Esto no es sólo porque la actividad económica laisser-faire pura es susceptible a las condiciones técnicas del fracaso del mercado (como el problema del oportunista, o el hecho de que la información no es, como el modelo supone, un biende libre acceso universal), ni es porque el mercado da a menudo resultados que van en contra de objetivos sociales pre-definidos (como como el mantenimiento de un nivel mínimo de vida para los trabajadores o la protección de los valores culturales que se ven amenazados por los intereses comerciales), aunque todas estas circunstancias vician son lo suficientemente graves en sí mismos. Aún másimportante para el debate actual es la circunstancia que los niveles superiores de economías a largo plazo eficiencia y rendimiento son casi siempre posible donde ciertas formas de orden colectivo y acción se ponen en juego en combinación con la competencia y los mercados.
La propuesta de este último, por supuesto, no significa que cualquier intrusión colectiva en la economía es siempre preferible aninguna intrusión en absoluto. Lo que sí se pretende decir es que hay un dominio legítimo de la investigación se centró en qué formas concretas de fondo de la intervención colectiva, en combinación con el mercado individual de decisiones basada en creación y acción, será garantizar la estabilidad combinada con excelentes resultados económicos en un conjunto dado de circunstancias empíricas, y...