Nairo Quintana
Nairo aprendió a luchar desde muy pequeño. A los pocos meses de nacer empezó a padecer fuertes diarreas. A veces estaba muy delgado y otras inflado, con cada tos sangraba abundantemente por la nariz, sus ojos parecían vacíos de vida y en el hospital no encontraban remedio. Sus padrespensaban que no viviría mucho. Sin embargo, una vecina del lugar les dijo que el pequeño padecía la enfermedad conocida como el tentado del difunto, un mal del que solo los elegidos se salvan. A base de remedios naturales con hierbas y buena alimentación, Nairo ganó la primera gran batalla de su vida.
Así pudo crecer junto a sus cuatro hermanos y criarse en una modesta casa de dos pisos de adobe ytejas de barro levantada por el propio padre de Nairo que, pese a su incapacidad en la pierna derecha -secuela de un accidente de coche cuando apenas tenía 8 años-, siempre ha sacado adelante el ganado y el pequeño huerto de la familia Quintana Rojas. Al principio sólo y después con la ayuda de sus hijos, Nairo entre ellos. Porque la infancia del ganador del Giro de Italia no pasó entrebicicletas, sino entre animales y libros. Su mamá Eloisa siempre ha dicho que Nairo pasó su niñez casi sin juguetes, que ayudaba en casa a lavar, cocinar, planchar, cuidar el ganado, recoger verduras e ir al colegio. “Nairo ha sido un hijo del campo”, dice, al tiempo que destaca su gran capacidad de sacrificio: “Siempre ha sido un gran trabajador”.
Cycling giro d'italia 2014 - 20th stage
Cycling girod'italia 2014 - 20th stage
Desde que Quintana subiera al podio del Tour de Francia como segundo en 2013, muchos han proyectado una imagen de pobreza de la familia del ciclista colombiano que nada tiene que ver con la realidad y que molesta tanto a Nairo como a sus padres. “Nunca nos faltó un plato de comida en la mesa”, señala el flamante ganador del Giro. “Éramos humildes, pero salíamos adelante”,enfatiza. De hecho, los cinco hijos de Luis y Eloisa fueron todos a la escuela. Hubo un año en el que para aliviar la economía de casa a Nairo le bajaron del autobús escolar y le proporcionaron una bici, más bien un amasijo de hierros, que cambiaría para siempre la vida del pequeño y de la familia.
Así, a la edad de 15 años, Quintana cubría a diario los 17 kilómetros de ida cuesta abajo y los 17 devuelta cuesta arriba con rampas del hasta 8% de desnivel que separaban su casa del instituto Alejandro Humboldt. Entonces Nairo descubrió el mundo de la bici y vislumbró su futuro. “Papá, quiero ser ciclista”, le dijo a Luis, que viendo el empeño que ponía su hijo en hacer rodar ese amasijo de hierros comenzó a ahorrar para mejorarle la bicicleta. Primero fueron unas ruedas más finas y después unoscambios de velocidades. Su hermana Esperanza –que trabajaba como empleada del hogar para ayudar en casa- le compró unos pedales. Todos contribuyeron al sueño de Nairo. Algunos días, de regreso a casa, Quintana se unía al grupo de jóvenes ciclistas de los alrededores. Ellos, ataviados con maillot, culote y mejores bicis, aceleraban el ritmo cuando veían llegar a ese chaval de figura diminuta,aspecto sencillo y poco hablar. Daba igual la velocidad a la que subieran y que Nairo, con vaqueros, una camiseta remendada y zapatillas, hiciera malabares para que no se le cayeran los libros que portaba en su espalda porque Quintana siempre llegaba arriba con los primeros.
Viendo estas habilidades, Nairo comenzó a entrenarse por su cuenta, sin que nadie le supervisara. Se levantaba todos los días...
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