No lo miren
La mayoría de estos se han edificado en el últimolustro. Después del inigualable Unicentro, que contribuyó a desarrollar urbanísticamente el norte de la capital, han venido otros con características similares y cada vez más enfocados a satisfacer lasnecesidades de los consumidores.
Hoy en día, visitar un centro comercial resulta todo un plan familiar de fin de semana: se puede ir a ellos a constatar lo último de las grandes marcas, adisfrutar de buenos espacios para comidas, cines, diversión, actividades lúdicas o por el simple placer de 'vitrinear'. En el país ya existen más de 300 centros comerciales y los expertos aseguran que siguensiendo pocos.
Por eso, no sorprende que para el nuevo año ya se estén anunciando más centros comerciales y de cielo abierto en grandes y medianas ciudades, como Pereira o Neiva. El éxito parecieraestar garantizado. Si no, que lo digan los 8 millones de compradores adicionales que hubo durante la jornada de Bogotá Despierta, de finales del 2006. Cada vez más los centros comerciales son unreferente de desarrollo y progreso citadino.
Dicho lo anterior, hay que tener cuidado. Esta ola de inmensas estructuras que se expanden por nuestras ciudades no puede salírseles de las manos a lasautoridades, particularmente a las oficinas de Planeación Municipal o Distrital y a los curadores urbanos.
Hay experiencias recientes que invitan a hacer un alto y mirar con cuidado bajo qué condicionesse construyen, si consulta de forma integral la calidad de vida de los ciudadanos. En no pocas ocasiones se les asocia, y a veces se les responsabiliza, del caos vehicular, del deterioro del...
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