No a hidroaysen

HidroAysén: claves para el debate
Por Cristián Rodríguez
Por alguna esquiva razón, oculta a sociólogos y analistas políticos, la aprobación del proyecto de HidroAysén gatilló una indignación masiva, con más fuerza que razonamientos, cuyos resultados han seguido rebotando por varias semanas. Sin duda que cabrá dejar algunos párrafos para esta explosión en los libros de historia. Ahora, más alládel problema particular de este proyecto, la probidad del proceso por el cual se aprobó o las peculiaridades de la política energética del Gobierno, me parece relevante hacer una pregunta anterior: ¿por qué proteger Aysén?
A la manifestación popular subyace la siguiente premisa: el proyecto está dañando irreparablemente un espacio importante del entorno natural de nuestro país. Por lo tanto, debeser rechazado. Lo que resulta intrigante es el por qué. ¿Qué es la naturaleza, como para que nos importe tanto dañarla? ¿Es el medio natural algo valioso en sí mismo? Intuitivamente contestaríamos que sí, pero ¿en qué podemos fundamentar esa intuición?
(Tesis 1) Algunos se han tentado a argumentar que, al ser el medio natural nuestra única fuente de recursos –los podemos extraer, transformar,intercambiar, pero sigue siendo la única fuente– debemos tener un respeto soberano por la tierra y rechazar aquellos trabajos que la inhabiliten para seguir ofreciendo sus servicios generosos. Así, tenemos una responsabilidad por el planeta porque es la fuente que no sólo nosotros utilizaremos, sino también nuestros hijos y todas las generaciones posteriores.
(Dificultad) No obstante, esta visiónno concede espacio a que la naturaleza tenga un cierto valor por sí mismo: su interés es meramente bodeguero. Sencillamente no podemos agotar los recursos, importándonos poco si es que son algo valioso en sí mismos. Si le preguntamos a los detractores de HidroAysén, difícilmente concederán que les interesa conservar la Patagonia para que eventualmente alguien la pueda utilizar en el futuro. Por ahíno va la cosa.
(Tesis 2) Otro conjunto de personas, afirmará que, en realidad, la naturaleza sí posee un valor en sí mismo, en cuanto es un objeto que, intocado, es causa del goce para el ser humano. El así llamado “argumento estético” afirma que el valor de la naturaleza es, precisamente, su belleza y su grandeza, la armonía de sus formas, sus ritmos, colores y aromas, que no tienen comparaciónalguna con cualquier realidad creada por el hombre. Me parece que los que han estado poniendo la inquietud ecológica en la agenda política y mediática están inspirados por este tipo de ideas.
(Dificultad) Entonces, la naturaleza es valiosa en sí misma porque es bella. No obstante, ¿hasta qué punto esta valoración estética puede constituir un criterio absoluto? Si la Patagonia fuese fea, ¿lallenaríamos de represas? O bien, ¿con qué criterios podríamos acordar si un paraje es “suficientemente bello” como para ser conservado o, en el caso contrario, explotado? ¿Hasta qué punto sería razonable, o incluso lícito, introducir la esteticidad como criterio en políticas públicas? Además, como habrá notado el lector atento, si la Patagonia es valiosa porque es bella, lo será siempre en relación aalguien que la contemple. Si no hubiese seres humanos sobre la tierra, daría lo mismo si es que la Patagonia se vuelve a hundir en la tierra producto de movimientos telúricos, o se desertifica producto de variaciones térmicas globales.
(Tesis) Algunos grupos, más pequeños y radicales, ni siquiera conciben que el valor de la naturaleza radique en su belleza sino en sí misma. De hecho, el entornonatural es, en realidad, anterior a nosotros y los seres humanos no seríamos más que un producto más de este sistema. Por lo tanto, como ya decía Aldo Leopold, uno de los autores fundacionales de la ética ambiental en los años 30, nuestro propio desarrollo como especie debe realizarse al ritmo natural y considerándonos una parte no privilegiada de la naturaleza. A este lo podríamos llamar...