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Grass
Escultor de formación, el alemán se labró una reputación literaria con "The Tin
Drum", publicado en 1959. Después llegaron "Cat and Mouse" y "Dog Years"
BERLÍN, 14 de abril.
El mundo de las letras perdió a uno de los autores más reconocidos de las últimas décadas: el premio Nobel de Literatura alemán Günter Grass murió ayer a
los 87 años en Lübeck, la ciudad donde vivía en el norte de Alemania.
El autor de
El tambor de hojalata
tenía buena salud y había estado trabajando hasta la
semana pasada en su nuevo libro, pero una infección grave provocó su súbita internación
en un hospital de Lübeck, donde murió por la mañana acompañado por su familia, señaló
su secretaria, Hilke Ohsoling. Alemania perdió así a una de las figuras más relevantes de su historia moderna, tanto por
su decisivo papel en la proyección mundial de la literatura alemana tras la guerra, como
por su ardiente compromiso político y sus muchas polémicas.
“En sus novelas, en sus cuentos y en su lírica se encuentran las grandes esperanzas y
equivocaciones, los miedos y los anhelos de generaciones enteras”, definió el presidente federal alemán, Joachim Gauck. “Su obra es un impactante espejo de nuestro país y un
componente de su patrimonio cultural y artístico”.
La canciller Angela Merkel, criticada en varias ocasiones por Grass, envió un telegrama a
su viuda despidiendo “con profundo respeto” a un autor que “acompañó y marcó como
pocos la historia de la posguerra en Alemania, con su compromiso tanto artístico como político y social”, apuntó.
El elogio más encendido llegó de la ministra de Cultura, Monika Grütters, que equiparó al
escritor con el máximo hito de las letras germanas: “Günter Grass fue un literato mundial.
Su legado literario se ubicará junto al de Goethe”.
Nacido el 16 de octubre de 1927 en la ciudad polaca de Gdansk, Grass se convirtió ya en
una celebridad internacional con su novela
El tambor de hojalata (1959), primer volumen
de una trilogía que siguió con
El gato y el ratón
(1961) y
Años de perro
(1963).
En más de medio siglo de carrera, el autor dejó una amplia obra que recorrió géneros tan
diversos como drama, lírica, piezas de ballet, aforismos, ensayos y novelas, además de
esculturas, dibujos y pinturas.
También una trilogía autobiográfica que incluía Pelando la cebolla
(2006), en donde Grass
confesó que a los 17 años había formado parte de las WaffenSS, cuerpo de seguridad
especial del régimen nazi, y desató así una polémica que lo acompañó hasta sus últimos
días.
“Si miro hacia atrás, siempre lo he contemplado como una mancha que me oprime y
sobre la que no podía hablar”, contó entonces sobre su demora en admitir ese pasado. El conjunto de su obra fue reconocido en 1999 con el último Nobel de Literatura del siglo.
“La decisión fue muy consciente”, recordó ayer Per Watberg, miembro del jurado. “En la
Academia Sueca lo vimos como la cima del siglo XX. Él fue el siglo XX, por lo menos
después de Thomas Mann”. Ese año recibió también el Premio Príncipe de Asturias. Encarnación del intelectual de izquierda comprometido, Grass participó activamente en el
debate político alemán, hizo campaña para el partido socialdemócrata y asumió una
postura siempre polémica y de referencia en temas como la reunificación alemana, la
energía nuclear o la superación del pasado nazi.
El novelista volvió al centro de la polémica en 2012, al considerar a Israel “un peligro para
la paz mundial”, en el poema
Lo que hay que decir. Fue acusado de delirante y antisemita
en Alemania y declarado “persona
non grata
” en Israel.
El escritor, que había aparecido en público por última vez el pasado 28 de marzo, durante
la presentación de la versión para teatro de
El tambor de hojalata
, trabajó también hasta
el último momento en su próximo libro, según reveló su editor. ...
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