obra de teatro El asistente

“EL ASISTENTE”
Escena primera:
(Desde el interior del telón cerrado entra a proscenio cojeando del pie izquierdo, el asistente. Queda parado en medio del proscenio)
Oscuro, iluminar lentamente actor en medio de escenario.
(Se dirige al público)
ASISTENTE: Ya estoy muerto… acabado… en el hastío. No puedo más con esta carga, pero regreso a este lugar para iniciar otro día de todos losdías con la misma rutina que ya perdió su razón
Me siento explotar de la cadera, miren, miren esta cadera; hinchada como un panal de abejas. Y aun así, insisto con estas interminables labores que para nada sirven. ¡Vaya tonto!
Salgo de mi casa rengueando, camino hasta tomar el autobús rengueando. Llego al teatro y en el limpio y sacudo, martilleo y armo, deshago y guardo, sudo y me extingo.
¿Sepuede aun así tener fe? ¿Se puede creer todavía?
A veces me aferro a la esperanza y pienso en que si tan solo las obras fueran buenas, sinceras, como en los viejos tiempos que nunca viví. Pero ahora… sólo una partida de insipientes pobretones y pretenciosos, o peor aún… posmodernistas.
(Reaccionando de repente)
ASISTENTE: Dejo pues el triste lamento y les doy la bienvenida. Bienvenidos seantodos los espectadores.
Dejo mis eternas quejas y les anuncio que hoy presenciarán la farsa que se repite una y otra vez en este escenario. Sólo que hoy culminará para siempre.
Dejo fe y les advierto. Yo soy ese que, al dar la tercera llamada, terminara con sus sueños y no existirá más en este mundo de ilusionistas.
Mi nombre no importa, tan solo un actor más de esta triste farsa, uno que hoy sirvede la desgastada ficción y que elige un personaje de nombre Costia.
Y así yo, en el papel de Costia “El asistente teatral”, anuncio previamente el estreno de la última obra que presentara este viejo teatro; un vano intento, un frustrado rescate que, sabemos de antemano, será absurdamente inútil.
Son ya pues advertidos, incautos y pasivos testigos. Ahora ya no hay marcha atrás… ¡Esta será laúltima llamada, la última¡ (El asistente abre el telón y se descubre el escenario. Está vacío, excepto una cuerda que cuelga desde los visibles pasos de gato. En el centro, dormitando en una silla, se encuentra el Director. Lleva puesta una máscara de duros rasgos)
ASISTENTE:(Al público) Señor director. (Al Director) Qué inesperado es verlo, señor director, después de tal larga ausencia.Iluminar a actor 2, en el centro del escenario
DIRECTOR:(Despertando de pronto) ¿Eh?... ¿Quién?... Sí… fueron tres… los años… años en que me dediqué a viajar por el mundo, buscando nuevas formas para mis proyectos.
ASISTENTE: ¿Y bien?
DIRECTOR: Nada.
ASISTENTE: Eso podría ser algo.
DIRECTOR: No intente filosofar conmigo, joven, le he dicho que nada. Y nada es nada.
ASISTENTE: Para fortuna deusted, aquí hay algo más que nada.
DIRECTOR: ¿Ah sí?
ASISTENTE: Otra vez lo ha olvidado usted… no importa. Tiene que presentar una obra, o al menos eso se pretendía hace tres años, cuando usted partió hace tres años en busca de nuevas formas para sus proyectos.
DIRECTOR: Es verdad, creo recordarlo. Le recuerdo a usted, Costia; mi querido asistente.
ASISTENTE: Me alegra usted con su presencia,señor.
DIRECTOR: Lamento no poder decir lo mismo.
ASISTENTE: Pero, señor…
DIRECTOR: En verdad no lo lamento.
ASISTENTE: No tiene por qué.
DIRECTOR: ¿En mi ausencia se preparó todo lo necesario para que comience mi creación?
ASISTENTE: Cada día que usted faltó llamé al dramaturgo hasta que este término una obra para su compañía; me dedique a buscar los actores adecuados para los papeles,anuncie en todos los medios este proyecto que aún no han florecido, mantuve limpio el escenario, arregle cada una de las butacas y se mecían como cunas de bebes y descubrí que es la razón por la cual los espectadores se quedaban dormidos a la mitad de la función.
DIRECTOR: Muy bien, mi querido discípulo, has hecho todo lo debido y en compensación llenaré de vida este lugar con la mano sagrada de...