OBRA SEMANA SANTA

Estaba un indigente sentado en el suelo y con un vaso en la mano pidiendo dinero a toda persona que pasaba. “Una pesetita por favor” decía a todos. Muchos de los que pasaban lo miraban con pena y ledaban algo, pero otros ni siquiera se fijaban en él y lo miraban con coraje. Dentro de todos lo que pasaban pasó un hombre muy bien vestido, al parecer era un alto ejecutivo que gozaba de buensueldo. Rápidamente el indigente al verle, se acercó a él y comenzó a pedirle dinero.

Indigente: Hey Mister, hace 3 días que no he comido nada ¿podría darme dinero para comer? Mire mis padres murieron, notengo esposa ni hijos, mucho menos tengo un hogar… en este momento solo quiero algo para poder comer ya que mi cuerpo no aguanta más.
Hombre: (Furioso) ¿Cómo tú me dices? Por personas como tu es queeste mundo está de mal en peor, personas que no quieren trabajar y solo dependen de nosotros para pedirnos (presto a retirarse vuelve a ver al indigente y le dice) y sabes no te daré nada. ¡Vete atrabajar como yo también lo hago!
El indigente se queda un rato más, pero no puede recolectar lo suficiente como para comprase algo de comer, este ya cansado y triste se marcha del lugar.
Pasadoalgunos el hombre recibe una carta sin ningún nombre, pero con un sobre que decía con palabras muy grandes Importante. El temeroso la abre y comienza a leerla. Y leía de la siguiente manera:
Hace un tiempollegue a este mundo de la manera más extraña, no nací en un hospital, ni en una casa común. Mi familia no era perfecta; tenía una madre, pero el hombre que era su esposo no era mi padre, si no mipadrastro. Mi niñez tampoco fue del todo normal, no podía jugar libremente como otros niños, pues tenía mucho trabajo que hacer. Cuando no estaba ayudando a mi padrastro en su negocio, estaba en laiglesia.
Cuando me convertí en joven, nada volvió a la normalidad. No pude casarme, ni tener hijos y tampoco tener muchos momentos de tranquilidad, pues por mi alto conocimiento en la medicina, un...