Obras Barroco
En la sala XV del Museo del Prado se encontraba tradicionalmente el cuadro que Diego Rodrigues da Silva Velázquez, sevillano, pintó en 1656 y Luca Giordano calificaría luego como Teología de la Pintura. Su colocación a la izquierda de un gran ventanal, que lo iluminaba lateralmente, lo hacía aparecer como continuación de la pequeña sala que lo guardaba -lo que ya era parte de suestilo- y permitía comprender por qué el poeta Teófilo Gautier exclamó al verlo: «¿Dónde está el cuadro?» Hoy, en cambio, se pierde en la inmensidad de la sala XII, sin conexión espacial ni luminosa con el entorno, a pesar del esplendor que la reciente limpieza le ha devuelto.
El cuadro -La Familia en su título original, que don Pedro Madrazo cambió por Las Meninas en 1843- agradó tanto al rey que lomandó colocar en su despacho y decidió acelerar los engorrosos trámites para que le fuera concedido al pintor el deseado hábito de la Orden de Santiago.
I. ANÁLISIS.
1. Materia y técnica.
Pintado al óleo sobre un lienzo, montado sobre un bastidor de madera de 3,21 metros de alto por 2,81 de ancho, los estudios radiográficos han revelado numerosas correcciones en la postura de los personajes,lo que muestra el empleo de la técnica veneciana (inventada por Giorgione y habitual en Velázquez) de pintar directamente, sin bocetos ni dibujos previos, con sucesivas capas de pintura, lo que permite lograr «mayor espontaneidad, colorido y frescura.»1
2. Forma. a) Descripción: La pintura representa un momento en la tarea cotidiana del taller, instalado desde 1646 en la galería del Cuarto delPríncipe. La infanta Margarita ha entrado en el estudio seguida de sus meninas, o damas de compañía, y enanos a ver qué hace el Sevillano, que así se le llamaba al pintor en la corte. En el centro aparece la infanta de cinco años atendida a su derecha por doña María Agustina de Sarmiento y a su izquierda por doña Isabel de Velasco. Luego, a la derecha del cuadro, los enanos Mari Bárbola y NicolasínPertusato, que juega con el mastín echado en primer término, y a la izquierda, levemente retirado, el propio Diego Velázquez con la paleta y el pincel ante un gran lienzo, que cierra el espacio por ese lado y nos intriga con su misterio. Detrás, en sombra a la derecha, la dueña doña Marcela de Ulloa y el guardadamas don Diego Ruiz de Ascona. Al fondo, en el vano de una puerta, el mayordomo depalacio don José Nieto Velázquez; sobre la pared un espejo refleja los bustos de los reyes Felipe IV y Mariana de Austria y dos grandes cuadros de mitologías, copias, por Juan B. del Mazo, de Rubens, Palas y Aracné, y de Jordaens, Apolo y Marsias. La cruz de Santiago, que aparece sobre el pecho del pintor, fue añadida después de que en 1658 fuera condecorado con esta Orden.
b) Conformación: Lacomposición es engañosamente clásica. En el centro de la parte inferior del cuadro, por debajo y a la izquierda del punto de fuga de la perspectiva geométrica, en el vértice inferior de una 'V' que forman el pintor y María Agustina de Sarmiento por un lado e Isabel de Velasco, la dueña y el guardadamas por otro, aparece el retrato de la infanta y a su lado, a la izquierda, el de los reyes. Pero mientrasla niña luce luminosamente toda su belleza en el centro del foco visual, los reyes se pierden, chiquititos, en la remota lejanía del espejo. El contraste entre lo próximo y lo extrañamente remoto nos instala ya en la duda. El efecto lo acentúa el mayordomo detenido junto al centro de fuga a observar la escena. El resto de los personajes hacen coro a estas figuras centrales y todas ellas, sinembargo, sólo ocupan, como queda dicho, la mitad inferior del cuadro. La mitad superior se llena con el techo, un cielo raso con dos ganchos para lámparas y las manchas de luz que entran por las ventanas de la pared en escorzo a la derecha; la parte alta de la pared del fondo con dos cuadros que apenas se ven y el ángulo superior del lienzo que pinta Velázquez enlazando los espacios; es decir,...
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