Omell

Páginas: 10 (2475 palabras) Publicado: 12 de diciembre de 2012
martes 17 de abril del 2012
Columnistas
Andrés Quishpe
Cinco años de improvisación educativa
Seleccionar a los más “aptos y capacitados” para acceder a la educación superior y racionalizar los gastos estatales en la universidad pública serían, según la Senescyt, los objetivos principales del Sistema Nacional de Nivelación y Admisión a las Universidades, asunto que por cierto ha generado unambiente de intranquilidad y preocupación.

Seleccionar con base en pruebas no es lo más adecuado; miremos aquellos países donde han apostado y logrado avanzar en la universalización de la educación superior, como Argentina, Japón o Finlandia, en los que su meta ha sido no solo la universalización de la educación básica, sino también la universitaria.

En el Ecuador apenas el 34% de jóvenes asiste alas universidades y, sin embargo, con las medidas gubernamentales ese porcentaje se verá reducido. El poco espacio físico de los centros de educación superior ha llevado a que se fijen cupos –la demanda por estudiar en la universidad supera en un 50% su capacidad–, pero lo más justo sería incrementar su espacio físico junto con una mejor organización de las carreras. Si este cubriera la demandaestudiantil, con seguridad, el debate respecto de cómo organizar la educación superior tendría otras connotaciones, como por
El verdadero sentido del derecho a la educación no debe quedarse en proclamas oficiales, debe entenderse y ejecutarse otorgando la oportunidad a todos aquellos que necesitan estudiar.
ejemplo, cómo incentivar a la juventud a que siga carreras agrícolas, en un país donde laagricultura es pieza clave en desarrollo.

Según varios expertos, no existe instrumento científico en capacidad de medir las capacidades y destrezas de un ser humano, pues estas son fruto de un aprendizaje permanente, de ahí que es fácil colegir que las pruebas de admisión son filtros que dejan en el camino a miles de jóvenes q domingo 17 de junio del 2012
Columnistas

Iván Sandoval Carriónivsanc@yahoo.com
Opios del pueblo
Cuando Karl Marx se refirió a la religión como “opio del pueblo”, quiso aludir a su función como consuelo de los oprimidos. La lectura más común de la expresión la interpreta como aquello que adormece la conciencia de los pueblos. En cualquiera de los dos sentidos me refería la semana pasada al fútbol como el opio de la sociedad española actual, antes de preguntaral público por el opio del pueblo ecuatoriano. Recojo cuatro opiniones recibidas en torno a esa función:

1) La política. No como el clásico ideal griego, sino a la ecuatoriana: como espectáculo mediático, baratillo de ofertas, parodia democrática, saturación propagandística, mercadeo de votos, circo de tres pistas, forcejeo entre poderosos, riña callejera y noticia de farándula. La políticadebería despertar la conciencia popular, pero aquí es “noticia” que distrae la atención del pueblo respecto de los problemas importantes y concretos de la sociedad. La fabricación del escándalo político semanal divierte a las masas y les quita oportunidad para discutir y participar en la denuncia de los problemas nacionales y en la construcción de alternativas. El pueblo es solo público y carne desufragio.

2) El consumo. La inyección de dinero desde China, los buenos precios del petróleo y la transformación del Estado en el gran empleador y “desocupador” al mismo tiempo, han reservado la ilusión de bienestar y el truco de la recirculación de dólares para las clases media y media alta. Los ecuatorianos de medio pelo para arriba nos mantenemos muy ocupados comprando cosas innecesarias condinero que aún no ganamos. Con la crisis española, en este momento las remesas que nos llegan desde allá quizás ya se han equilibrado con las que desde aquí envían peruanos, colombianos, cubanos, haitianos y africanos, a sus países. Ello nos evita plantearnos la incómoda pregunta por nuestras exportaciones y nuestra productividad. Igual que siempre, compramos más de lo que producimos y vendemos como...
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