operacion siglo XXI
CARMEN HERTZ
OPERACION SIGLO
XX
L A S E DI CI O NES
DEL
O R NI TO R R I NCO
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"Cuando Yo fije la hora,
juzgaré según la justicia"
Libro de los Salmos, 74
El reto de un oficial de Ejército -protagonista de estos
hechos- impulsó la decisión de escribir este libro: "Si tanto les
importan los derechos humanos, ésta es una historia que
merece serrelatada". Había participado en la tarea de rescate
de los escoltas presidenciales, al anochecer de ese domingo 7
de septiembre de 1986.
Era una parte de la historia. Para completarla, hicimos
muchas entrevistas, cotejamos datos y nos sumergimos en las
40 mil fojas del proceso que instruyó la justicia militar. Así
fueron escribiéndose estas páginas que entregamos hoy, en la
esperanza de que sulectura colabore a la búsqueda de la
verdad y a la comprensión más acabada de nuestros dolores y
conflictos que -día tras día y año tras año, a contar del golpe
militar- fueron creando el escenario de este suceso, en el
enclave cordillerano del Cajón del Maipo. Porque tras las
manos que dispararon -todas las manos, las de unos y las de
otros- estaban los brazos de to- dos nosotros.
Lasautoras Noviembre de 1990
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S UMARIO
Capítulo I
El cráter que no fue
15
Capítulo II
Una pareja encantadora
35
Capítulo III
La aventura de los "rent a car"
49
Capítulo IV
Por el amor de Isabelle
61
Capítulo V
El primer acuartelamiento
73
Capítulo VI
Los curiosos seminaristas
93
Capítulo VII
Columnas en marcha
131Capítulo VIII
La batalla de "El Mirador"
153
Capítulo IX
El escape
169
Capítulo X
Rescate y venganza
197
Capítulo XI
La investigación
213
Capítulo XII
Y el trágico fin
245
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C A P ÍT U L O I
El cráter que no fue
Marcelino Farfáñ salió, cerca del mediodía, para almorzar
en casa de unos amigos como lo hacía todos los
domingos. Cerró el portón dela parcela -donde trabajaba
como cuidador hacía ya dieciséis años- y se fue
caminando y rumiando su disgusto por los nuevos
arrendatarios que había aceptado don Lorenzo. A él le
gustaba que la casa sólo fuera ocupada por sus patrones don Lorenzo García y su mujer, doña María Elena Bravo v le resultaba francamente molesto que la invadieran
extraños. Especialmente si los extraños eran tanextraños...
Ni el amarillo de los aromos ni el blanco de las
flores de los almendros, que inundaban de primavera las
laderas de los cerros, lo hicieron olvidar su disgusto. A
poco andar bajo el sol limpio y tibio de ese domingo 7 de
septiembre de 1986, don Marcelino se encontró con “El
Penca Mocha", un antiguo habitante del pueblo, cuyo
nombre -Héctor Véliz Troncoso- todos habían olvidado.Simplemente era "El Penca Mocha". Estaba t odo
engrasado, arreglando un furgón Subaru.
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—¿Y qué pasa, don Marcelino, que tiene la casa llena.
de terroristas? -dijo Véliz en tono festivo y a modo de
saludo.
—¡Chiss! Si más parecen maricones, puros hombres
que entran y salen -replicó Farfán.
—¡Qué maricones ni que ocho cuartos! Si son terroristas, don Marcelino -insistió Véliz en son debroma.
—Quédese callado mejor y no hable tonterías, que a los
dos nos puede llegar un balazo -dijo Farfán, dando por
cerrado el encuentro y continuando con su caminata.
¿Terroristas, maricones? Marcelino Farfán dejó de
masticar las palabras y decidió olvidarse de los extraños
para ir a saborear su almuerzo dominical. Véliz, en cambio,
siguió apretando tornillos del Subaru y pensando en losextraños jóvenes que habían arrendado la Casa de Piedra,
nombre con que todos los lugareños conocían la parcela
ubicada en Camino El Volcán N Q 0235, al borde sur de la
carretera y en medio del poblado de La Obra.
Véliz recordó lo que todos sabían en el pueblo: que
habían pagado caro por la renta y habían entregado, en
billetes, varios meses por adelantado. Entraban y salían
tantos...
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