Orejas
Tuve una vez en la casita donde yo vivo, un conejito al que lo llamé; orejas. Orejas no
sabía jugar, pero yo le mimaba mucho a tal punto que cuando aprendí a cantar el himno
nacional,antes de salir cada lunes a la escuela y antes de cantar en la escuela, yo le
cantaba el himno a mi conejito, y parece que a él le gustaba mucho el himno cuando yo
le cantaba.
Recuerdo unavez, cuando un día antes de salir un lunes más a la escuela, le canté a mi
conejo orejas el himno nacional al tiempo que lo abrazaba a mi pecho, luego al
momento de salir ya un tanto atrasadoscon mi mamá hacia la escuela, ella ya en la calle
vio que el saco de mi uniforme se hallaba lleno de lanas de mi conejito orejas, entonces
mi madre desesperada porque estábamos atrasados me dioun gran coscorrón que me
hizo llorar, y me habló mucho por llevar en mi saco las lanas de mi conejo orejas,
entonces tuvimos que regresar de inmediato a la casa para limpiar el saco. Mientrasmi
madre hacía esto, me acuerdo muy bien que volví a coger a mi conejo y recuerdo
también a mi mamá decirme desde el cuarto de planchado: ¡ya no le cogerás a ese
conejo! – pero yo lo seguíahaciendo a escondidas de mi madre. Cuando ella salió, me
descubrió y me volvió a reprender.
En el bus, de camino a la escuela, mi madre me reprendía mucho por el atraso que
llevábamos porculpa de orejas, y aunque ni él ni yo teníamos la culpa, yo me hechaba
la culpa de lo ocurrido con tal de defender a orejas, y aunque en mí no tenía aún ningún
sentido de responsabilidad acerca dela puntualidad, sabía que mi madre tenía mucha
razón, pero sin dejar de querer a mi conejo orejas.
Cuando llegamos a la escuela, siempre vi no sólo un lunes a más compañeritos que
llevabanen sus sacos, pantalones y cuellos de sus camisas, aunque sea unas dos o tres
lanas tanto de perros, gatos y en mi caso… de mi conejito orejas. Entonces, al momento
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de cantar el himno...
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