PARA QUE COMPLEMENTES
El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición neurológica y de
desarrollo que comienza en la niñez y dura toda la vida. Afecta cómo una persona
se comporta, interactúa con otros, se comunica y aprende. Este trastorno incluye
lo que se conocía como síndrome de Asperger y el trastorno generalizado del desarrollo no especificado.
Se lo llama "trastorno de espectro" porque diferentes personas con TEA pueden
tener una gran variedad de síntomas distintos. Estas pueden tener problemas para
hablar con usted y es posible que no lo miren a los ojos cuando usted les habla.
Además, pueden tener intereses limitados y comportamientos repetitivos. Es
posible que pasen mucho tiempo ordenando cosas o repitiendo una frase una y
otra vez. Parecieran estar en su "propio mundo".
Actualmente, no existe un tratamiento estándar para el TEA. Hay muchas maneras
de maximizar la capacidad del niño para crecer y aprender nuevas habilidades.
Cuanto antes se comience, mayores son las probabilidades de tener más efectos
positivos en los síntomas y las aptitudes. Los tratamientos incluyen terapias de
comportamiento y de comunicación, desarrollo de habilidades y/o medicamentos
para controlar los síntomas.
¿Cómo se manifiesta el autismo?
Interacción social Las dificultades en el ámbito
de la interacción social recíproca son a menudo lo que más llama la atención del
autismo. Ya desde edad muy temprana el niño puede tener dificultades, al estar en
contacto con los demás, para mirar y comprender miradas, para emplear y
entender expresiones faciales, gestos, diferentes tonos de voz, etc. Muchos niños
con autismo no muestran ninguna reciprocidad social o emocional y tampoco
comparten de manera espontánea placeres e intereses con sus padres ni buscan
consuelo en ellos. Los niños autistas no siempre se interesan por otros niños de
su edad y cuando lo hacen les suele resultar difícil hacer amigos y conservarlos.
Comunicación Las personas con autismo presentan un desarrollo del lenguaje
retrasado o inexistente y no compensan esta carencia utilizando otros medios de
comunicación no verbal. Aproximadamente la mitad de los niños con autismo no desarrollan nunca el lenguaje hablado. Entre los que sí lo hacen hay grandes
variaciones. Una parte de ellos utiliza sólo palabras aisladas. Otros emplean un
amplio repertorio de palabras y hablan correctamente pero repiten frases hechas o
lo que otros han dicho independientemente de la situación. Un grupo más reducido
dispone de un lenguaje oral adecuadamente desarrollado y espontáneo. Común a
todos ellos es que tienen dificultades para iniciar y mantener un diálogo y que
presentan deficiencias en cuanto a la compresión del lenguaje. Su capacidad de
comprensión del significado más profundo del lenguaje está particularmente
reducida. Incluso en el caso de aquellos que disponen de un vocabulario amplio y
que hablan de manera espontánea suelen darle una interpretación literal al
lenguaje.
Comportamiento Los niños con autismo presentan frecuentemente un registro
limitado de comportamientos, intereses y actividades a los que se entregan de
manera reiterativa y estereotipada. Un ejemplo para ilustrar lo anterior es
dedicarse de manera intensiva a actividades como hacer girar la rueda de un
coche o alinear todos los juguetes una y otra vez, pero sin jugar de manera
espontánea y variada a juegos de representación e imitación social. También son
frecuentes las fijaciones con diferentes objetos o con determinadas costumbres y
rutinas, a veces muy complicadas, que han de repetirse exactamente de idéntica ...
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