paris siglo xx
JULIO VERNE
Digitalizado por
http://www.librodot.com
Librodot
París en el siglo XX
Julio Verne
2
Portada de la edición original de Une Ville Idéale
2
Librodot
Librodot
París en el siglo XX
Julio Verne
3
Facsímil de la primera página de la carta en que Hetzel rechaza
el manuscrito de Julio Verne
3
Librodot
Librodot
Parísen el siglo XX
Julio Verne
4
CAPÍTULO I
La Sociedad General de Crédito Instruccional
El 13 de octubre de 1960, una parte de la población de París se reunía en las numerosas
estaciones del ferrocarril metropolitano, y se dirigía por los distintos ramales hacia el antiguo
emplazamiento del Campo de Marte.
Era el día de la distribución de premios en la Sociedad General de CréditoInstruccional,
enorme establecimiento de educación pública. Su excelencia, el Ministro de
Embellecimientos de París, debía presidir la ceremonia.
La Sociedad General de Crédito Instruccional reflejaba perfectamente las tendencias
industriales del siglo: lo que cien años antes se llamaba "progreso", había conseguido un
desarrollo inmenso. El monopolio, ese non plus ultra de la perfección, tenía ensus garras al
país entero; se multiplicaban las sociedades, se fusionaban, se organizaban; habrían
asombrado a nuestros padres por sus inesperados resultados.
No faltaba el dinero. Los ferrocarriles habían pasado de manos particulares a las del
Estado. Abundaban los capitales y más aún los capitalistas a la caza de operaciones
financieras o de negocios industriales.
No nos extrañemos, poreso, de lo mucho que habría sorprendido a un parisiense del siglo
diecinueve, entre otras maravillas, esta creación del Crédito Instruccional. Esta sociedad
llevaba unos treinta años funcionando exitosamente bajo la dirección financiera del barón de
Vercampin.
A fuerza de multiplicar las sedes de la Universidad, los liceos, los colegios, las escuelas
primarias, los pensionados de doctrinacristiana, los cursos preparatorios, los seminarios, las
conferencias, las salas de asilo, los orfelinatos, por lo menos alguna instrucción se había
filtrado hasta los últimos estratos del orden social. Si bien ya casi nadie leía, por lo menos
todo el mundo sabía leer e incluso escribir; no había hijo de artesano ambicioso o campesino
desclasado que no pretendiera algún cargo en la administración;el funcionarismo se
desarrollaba en todas las formas posibles; más tarde veremos qué legión de empleados el
gobierno hacía marcar el paso, y militarmente.
De momento sólo se trata de explicar cómo debieron aumentar los medios de instrucción
junto con la gente por instruir. ¿Acaso no se habían inventado en el siglo diecinueve las
sociedades inmobiliarias, las sucursales de empresas, el créditohipotecario, cuando se quiso
rehacer una Francia nueva y un nuevo París?
Ahora, construir e instruir era una y la misma cosa, lo era todo para los hombres de
negocios. La instrucción no se consideraba, en rigor, otra cosa que un tipo distinto de
construcción, aunque algo menos sólida.
Fue lo que pensó, en 1937, el barón de Vercampin, conocidísimo por sus vastas empresas
financieras. Tuvo laidea de fundar un colegio inmenso en el cual el árbol del conocimiento
pudiera desplegar todas sus ramas. Dejaría, por cierto, al Estado el cuidado de podarlas,
dirigirlas y encadenarlas según sus fantasías. El barón fusionó los liceos de París y de
provincia, Sainte-Barbe et Rollin y las diversas instituciones particulares, en un solo
establecimiento; allí centralizó la educación de todaFrancia; los capitales respondieron a su
llamado, pues presentó el negocio como una operación industrial. La habilidad del barón era
una garantía en materias financieras. El dinero acudió a raudales. Se fundó la Sociedad.
Inició los negocios en 1937, durante el reino de Napoleón V. Distribuyó cuarenta millones
de ejemplares de su folleto. Allí se leía en la primera página:
4
Librodot...
Regístrate para leer el documento completo.