parte de un cuento C:
–Vuestra madre me aportó por dote –les dijo–, dos escabeles y un jergón. Helos aquí con mi gallina,aparte poseo una maceta de claveles, y un junco de plata, que me fueron dados por cierta gran dama que en cierta ocasión descansó en mi pobre choza,recomendándome antes de partir:
–"Buen hombre, he aquí el don que os hago, mas no descuidéis regar bien los claveles, y guardar el junco. Por otra parte, vuestra hijaserá de una incomparable belleza, llamadla Afortunada, y dadle el junco y los claveles para consolarla de su pobreza."
Afortunada
Madame D´Aulnoy
Así–agregó el padre–, mi Afortunada, tú tendrás lo uno y lo otro, siendo el resto para tu hermano.
Los dos hijos del labrador se contentaron con la pobre herencia.El padre murió, ellos le lloraron y el reparto se hizo sin pleitos. Pero Afortunada, creyendo que su hermano la quería, al ir a sentarse en uno de losescabeles, tuvo la sorpresa de oírle decir con aire malévolo:
–Guarda para ti tus claveles y tu junco, y no desordenes mis escabeles pues a mí me gusta que lacasa esté arreglada.
Afortunada, que era muy dulce, se echó a llorar en silencio y permaneció de pie mientras que Bedou (este era el nombre de su hermano),estaba cómodamente sentado. Llegó la hora de cenar, Bedou tenía un excelente huevo fresco que había puesto la única gallina y le tiró la cáscara a su hermana.
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