Patricia Sánchez

¡Feliz día de la mujer a todos nuestros lectores! Y digo “ a todos” porque es un grave error pensar que hoy es un día de celebración solo para las mujeres, o que el homenaje de este ocho de marzo acredita un éxito y un júbilo exclusivamente femeninos.
Y tampoco se trata de una celebración baladí: los días dedicados a un colectivo no sirven para que los miembros de éste se “queden contentos”pensando que “al menos” tienen un día dedicado a ellos, que podamos felicitarlos por facebook y esta satisfacción les sirva para tirar hacia adelante sin hacer mucho ruido. No. Nuestra responsabilidad como ciudadanos es la de reflexionar, aunque a veces resulte difícil y no interese demasiado a quien piensa que hay mechas que es mejor no encender o quien prefiere tener calmado el gallinero para que elcacareo no enturbie sus propios intereses. Y el día de hoy debemos dedicarlo a pensar en las mujeres. 
Este ocho de marzo, y no es casualidad, ha visto la luz en el marco de debate que ha suscitado la publicación del informe Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, cuyo autor, el académico Ignacio Bosque, sostiene que las recomendaciones de las guías de lenguaje no sexista publicadas en losúltimos años por diversas instituciones difunden usos ajenos a las prácticas de los hablantes. Además, habla de prácticas asentadas en el idioma que no tienen, per se, la intención de discriminar a la mujeres, como el masculino genérico. Como era de esperar, estas declaraciones han levantado ampollas y para muestra un botón: Carmen Bravo Sueskun, Secretaria Confederal de la Mujer de CCOO, haenviado una carta abierta a la Real Academia de la Lengua Española expresando su desconforme con el informe de Bosque. Entre los apuntes que Bravo hace al informe, yo destacaría el siguiente:
[…] El conocimiento de la aparición de las numerosas  publicaciones  para  la  utilización  de  un  lenguaje  no  sexista,  debiera  servir  para  reconocer  una tendencia  imparable  de  la  comunidad hispanohablante  y  debiera  vincular  a  la  Academia  a  promover  la utilización de un lenguaje no sexista; no sólo para dar mayor visibilidad a las mujeres a través de lengua, sino para ocultar el componente dual del género social: mujeres y hombres[…]
Bernard Cohen dijo en una ocasión que la prensa, en la mayoría de las ocasiones, no tiene éxito diciéndole a la gente lo que tiene que pensar, perocontinuamente tiene éxito diciéndole a los lectores sobre qué tienen que pensar. Haciendo honor a las palabras del señor Cohen, creo que la reflexión de este ocho de marzo estará centrada en el debate lingüístico, y considero, en humilde opinión, que debemos conducir ésta a través de dos vertientes. La primera es que el machismo lingüístico existe, y que es un mal que hay que combatir y extirparporque nos afecta como sociedad pero, y más importante, también como individuos, sin atender a nuestro sexo. Sin embargo, hay que aprender a reconocerlo correctamente y no caer en la tentación de acusar de machista aberrante sin derecho a juicio a aquél, o aquélla, que utiliza la lengua de forma natural en un entorno distendido, sin pararse a reflexionar sobre hasta qué punto su expresión serápolíticamente correcta o no. Siempre, claro está, que no se trate de una ofensa malintencionada.
El problema que acarrea el machismo lingüístico reside en el hecho de que el lenguaje es principal vehículo del pensamiento. La lengua crea pensamiento y las imágenes mentales, individuales y colectivas, se forjan atendiendo a las palabras que escuchamos una y mil veces a través del televisor o leemos en elperiódico – incluso éstas últimas con más intensidad, al invitar la palabra escrita más a la reflexión que la hablada. No podemos permitir, por esta razón, que en los periódicos de referencia de nuestro país sigan leyéndose expresiones como todos los señores ministros acompañados por sus esposas – principalmente, porque no describen una realidad – o las niñas del vestuario femenino también hacen...