Pedagogía De La Lectura Y La Escritura

Pedagogía de la lectura y la escritura

Parte fundamental de lo que nos constituye como humanos es nuestra capacidad de dar significado a lo que vivimos; así mismo, a partir de nuestras experiencias y del sentido que le otorgamos a estas, es cómo vamos construyendo nuestra realidad. El lenguaje es la herramienta por excelencia que nos permite realizar este proceso y la palabra, el vehículofundamental de expresión y comunicación. Al considerar más profundamente estas afirmaciones, me surgen varias preguntas con respecto al proceso de enseñanza y aprendizaje de la lectura y la escritura como expresiones de la palabra: ¿Lo que enseñamos es pertinente para los estudiantes? ¿Cuál es el método idóneo? ¿Cómo lograr que los estudiantes se apasionen por la lectura y la escritura? ¿Quéimplicaciones políticas tiene el saber leer y escribir? ¿Cómo nos vamos construyendo como seres humanos a través de este proceso?

Para empezar a dar respuesta a lo anterior, quisiera primero compartir un texto realizado para la asignatura Taller de lectura y escritura, en donde se nos pedía escribir una autobiografía sobre cómo nos convertimos en lectores y escritores; ejercicio que también responde ala invitación de recordar nuestros conocimientos previos al respecto.

Autobiografía de la lectura y la escritura

Ir a la cama era una tortura. Yo quería seguir conversando sobre mi día, mis pequeños logros y fracasos cotidianos; quería seguir oyendo los cuentos de mi mamá, entre los brazos de mi papá y la ternura de mi hermanita. Pero había que dormir. Entonces mi papá nos envolvía enhistorias que provenían de libros gordos y viejos, nuevos y divertidos. Nos invitaba a sumergirnos en la tragedia de María y Efraín y entre las aventuras de Franz en la escuela. A través de su voz íbamos imaginando paisajes, sentimientos, gestos; y poco a poco nos atrapaba el sueño. Mi hermana y yo dormíamos en el mismo cuarto y mi papá se turnaba de cama para leernos. Las sombras de la habitación, lascobijas suavecitas y sus manos grandotas nos conducían al siguiente día con tranquilidad. En la mañana mi mamá nos bañaba y vestía, mientras nos relataba la historia de una niña, que por despistada, se iba al colegio sin calzones. Cuando se lanzaba por el rodadero todos los niños del colegio la veían y le gritaban a coro: -“no tiene cucooos, no tiene cucooos”. Nos moríamos de la risa y lepedíamos que la contara de nuevo.

No recuerdo exactamente como aprendí a leer y a escribir, es como si siempre hubieran estado presentes en mi vida. Crecimos un poco. Cuando íbamos a mercar, mi hermana y yo nos escapábamos a la sección de libros del Éxito y escogíamos tres libros cada una. Sutilmente los escondíamos entre la comida y a la hora de pagar los papas nos miraban con complicidad. Sin decirmás, llegábamos a la casa con un libro nuevo. Recuerdo pasar horas en mi cama leyendo.

Siempre escribí. Recuerdo componer canciones de amor (¡del cual no sabía nada!) y convencer a mi hermana para que las cantara. Recuerdo también escribir historias de ficción. Dos en particular. Una se trataba de un plan pedagógico que formularon los marcianos para ayudar a los terrícolas a vivir mejor.Resulta que enviaban a delegados especiales, quienes nacían de parejas terrícolas, para no armar tanto alboroto y para que pudieran aprender la visión terrícola con más naturalidad. A los diez años, estos marcianos en la tierra, empezaban a recordar la vida en Marte y la misión a la cual fueron enviados. Yo era una de ellos. La otra era sobre como Lady Diana había tenido una hija, a la cual debió enviara Colombia, pues estaba en peligro dentro de la realeza por ser mujer. También era yo. ¿Algún deseo reprimido de ser heroína o mártir? También recuerdo escribir sobre la vida al otro lado de la mesa de vidrio de la casa de la abuelita. Lorena al revés se llamaba. Todas estas historias se perdieron en un robo.

Actualmente escribo poco. De un tiempo para acá, la escritura se convirtió en la...