Peninteciario

La Redención De Penas Por El Trabajo En La Actualidad

COLABORACIÓN

La redención de penas por el trabajo en la actualidad
José L. MANZANARES SAMANIEGO
Director del Servicio Técnico y Jurídico de
Asuntos Penitenciarios.
La redención de penas por el trabajo se ha convertido en un elemento perturbador dentro de las nuevas concepciones penitenciarias, si se prefiere, en una reliquia delpasado. Una reliquia que no sólo se resiste a desaparecer, sino que, paradójicamente, experimenta en los últimos tiempos un renacimiento y una expansión inadmisibles. La curiosa cuestión bien merece unas líneas.
La nueva Ley Orgánica General Penitenciaria, de 26 de septiembre de 1979, se inspira en la idea que del trabajo de los condenados á penas de prisión tiene la Constitución de 1978, y enparticular su artículo 25.2. El trabajo de los internos deja de ser una opción o un beneficio penitenciario para convertirse en un derecho y un deber, a la vez que en un posible elemento del tratamiento. La Ley Orgánica General Penitenciaria y el Reglamento Penitenciario de 8 de mayo de1981 este último nada menos que a lo largo de treinta y ocho artículos insisten en la equiparación entre eltrabajo del penado privado de libertad y el del resto dé los ciudadanos. Se declara que el trabajo no tendrá carácter aflictivo ni será aplicado como medida de corrección, que no atenderá a la dignidad del interno y que gozará dela protección dispensada por la legislación vigente en materia de Seguridad Social. Más aún, será facilitado por la propia Administración y no se supeditará al logro deintereses económicos por parte de aquélla.
En esa misma línea unificadora se mueve el Estatuto de los Trabajadores, aprobado por Ley de 10 de marzo de 1980. Su artículo 2.1 c) recoge también como relación laboral de carácter especial la de los penados en instituciones penitenciarias, pendiente de un desarrollo al que se remite igualmente el artículo 191 del mismo Reglamento Penitenciario.Lógicamente, la naturaleza del trabajo tal y como ha sido expuesto más arriba pugna con la llamada redención de penas por el trabajo, concebida como beneficio que puede conceder graciosamente la Administración cuando se cumplan ciertos requisitos. Tal institución anunciada en el artículo 100 del Código Penal vigente desaparece consecuentemente en el Proyecto de Código Penal de 1980. Esa próxima reformasustantiva explica el silencio absoluto que la Ley Orgánica General Penitenciaria guarda sobre aquel beneficio, incompatible con el clamoroso deseo de revalorizar las penas, acercando su valor efectivo al nominal. El silencio sobre la redención de penas por el trabajo se mantiene en el articulado del Reglamento Penitenciario de1981, si bien quizá debido a la demora que padece la tramitación delnuevo Código Penal su disposición transitoria segunda a) proclame la vigencia de «los artículos 65 a 73 del Reglamento de los Servicios de Prisiones, aprobado por Decreto de 2 de febrero de 1956, relativos a redención de penas por el trabajo, en tanto continúe la vigencia de lo dispuesto en el artículo 100 del Código Penal, texto refundido publicado por Decreto 3.096/1973, de 14 deseptiembre».
El problema se complica al haberse admitido en el artículo 256 del nuevo Reglamento un beneficio penitenciario que, si bien responde a principios propios muy distintos a los que inspiran la redención de penas por el trabajo, requiere entre otras condiciones el desempeño de una actividad laboral.
Todo indica que la Ley Orgánica General Penitenciaria ha partido de un doble error: de un lado,la confianza en la rápida promulgación del Código Penal nuevo, de otro, la creencia de que tal promulgación equivaldría a la extinción de la redención de penas por el trabajo. La realidad ha defraudado aquella esperanza. Por su parte, la retroactividad de las leyes penales sólo en cuanto favorezca al reo reconocida tanto en el artículo 24 del vigente Código como en el artículo 6.° del...