Periodismo femenino

PERIODISMO FEMENINO EN EL CAMBIO DE SIGLO (XIX – XX)
Liliana Schifter[1]; Mariana Ortiz[2]; Patricia Aceves[3]

Introducción
Las actividades de las mujeres mexicanas decimonónicas estuvieron mayoritariamente restringidas a la vida privada; ello explica porqué hace falta ampliar la historiografía de género para este periodo (García, A. L., 1998). Para comprender mejor la historia de lasmujeres en el ámbito familiar es fundamental considerar la fuerza con que la Iglesia Católica se arraigó durante la época colonial y la perdurabilidad de su influencia en las tradiciones y costumbres de la población. Los roles femeninos aceptados socialmente tenían que ver con su condición de madres y esposas y estaban asociados a las labores domésticas y a la educación de los hijos. Aunque lainstauración del matrimonio civil tuvo lugar a finales de los años cincuenta del siglo XIX, el de tipo religioso continuó considerándose supremo hasta más de cuatro décadas después. El matrimonio era el estado ideal femenino y este valor se inculcaba a las niñas desde pequeñas, dirigiendo su instrucción al desempeño del cargo hogareño con pericia y docilidad. Según Julia Tuñón, dos elementos decontinuidad entre la colonia y el México independiente fueron la mentalidad y los sentimientos de las mujeres, que permearon la vida cotidiana y dieron valores a la sociedad más allá de los cambios políticos; de esta forma, las mujeres de las diversas clases sociales y partidos políticos, accedieron a un ámbito de lo privado que las sustentó como una inefable estructura (Tuñón, J., 1987).
Elliberalismo advenido con la Reforma propició la instrucción para ambos sexos; ello se mantuvo durante el porfirismo, cuando se abrieron varias instituciones educativas
(Parcero, 1992, p. 96; Tuñón, 1987, p.113).[4] En este contexto, parte del dominado “bello sexo” gozó de la apertura educativa, profesional y laboral, aunque conoció también la sobreexplotación en campos antes desconocidos. Dejó deconsiderarse grave que una mujer recibiera educación o incluso que trabajase, aunque siguieron siendo alarmantes el descuido del hogar y la realización de actividades no propias del “sexo débil”. Para las mujeres, esta idiosincrasia dual fue difícil de satisfacer y de poner en práctica. El cambio, lejos de liberarles carga, les produjo un esfuerzo adicional.
Durante la segunda mitad delsiglo XIX, la disparidad social y regional del país causó que distintos grupos de mujeres experimentaran vivencias disímiles de acuerdo a sus condiciones de vida; estas experiencias modificaron todos los ámbitos de las mujeres, tanto privados como públicos.[5] La clase media se vio fuertemente golpeada; ante la necesidad de subsistir, las mujeres comenzaron a trabajar en las ramas propias de su sexo:la instrucción elemental, las prácticas secretariales y la enseñanza de idiomas y de algunas artes y oficios. Los conventos dejaron de representar una opción estable y segura.
Durante las últimas tres décadas del siglo, la oferta de profesoras, gremio cuya actividad había sido socialmente bien aceptada y medianamente remunerada desde mediados del siglo, comenzó a superar las demandas delmercado y sus salarios comenzaron a descender. Las jóvenes profesoras: “realizaban sus estudios con enormes esfuerzos, para encontrar al terminarlos, que sólo pocas podían ejercerlos en escuelas municipales o particulares; agravaba su situación el hecho de que ‘pollas’ de familias acomodadas ‘por seguir la moda’ engrosaban el ejército de preceptoras agudizando más la competencia por las fuentes detrabajo” (Parcero, 1992, p. 70). Las maestras fueron las representantes de las mujeres de clase media en la lucha por demandas específicas de género. Ante el desempleo de las profesoras surgieron las enfermeras y, más tarde, las maestras de secundaria.
La situación de las mujeres acomodadas era diferente: su participación laboral no fue estadísticamente significativa por no existir la...