pez en el agua

EL PEZ EN EL AGUA
…Me revelaron el verdadero origen de los bebés, la repugnancia que sentía al imaginar a esos hombres animalizados me hacía sentir que saberlo me había ensuciado y ensuciado la relación con mi madre y ensuciado en algún modo mi vida. Las explicaciones del sacerdote no debieron tranquilizarme pues el tema me atormentó día y noche y me resignara a pensar que la vida era así y queno habría otra manera de que continuara la especie humana.
La prefectura de Piura fue el último trabajo estable del abuelo Pedro. Tenía dos patios y unos estrechos donde anidaban los murciélagos.
La Piura de aquel entonces era pequeñita y muy alegre, de hacendados prósperos y campechanos. Hacíamos paseos a la bella playita de Yacila, Paita o a Colán.
Las estampillas que empecé a juntar,estimulado por la colección que conservaba el abuelito Pedro; era una colección de sellos raros, triangulares y multicolores de lenguas y países exóticos que había reunido mi bisabuelo Belisario cuyos dos tomos eran uno de los dos tesoros que la familia Llosa acarreaba por el mundo. La otra reliquia familiar era el libro de la Óperas: un antiguo y hermoso libro de forros rojos y dorados, conilustraciones donde estaban los argumentos de todas las grandes óperas italianas.
Los malos eran los apristas cuyo líder, Víctor Raúl Haya de la Torre, había atacado al abuelo en un discurso acusándolo de ser prefecto antiaprista. Pese a todo había , en Piura algunos apristas decentes.
Enemigos mortales de los apristas eran los urristas cuya ciudadela era el barrio de la Mangachería, célebre por suschicherías y picanterías. Además de los urristas había los socialistas.Las batallas callejeras entre apristas, urristas y socialistas eran frecuentes y yo lo sabía porque no me dejaban salir y venían más policías a cuidar la prefectura.
Yo me sentía muy orgulloso de ser nieto de alguien tan importante: el prefecto. Acompañaba al abuelito a ciertos actos públicos y se me inflaba el pecho cuando loveía presidiendo las reuniones, recibiendo el saludo de los militares o pronunciando discursos. El abuelo Pedro había encontrado un pretexto para esa afición que siempre tuvo y que alentaba en su nieto mayor: componer poesías. Las hacía con facilidad, y cuando le tocaba hablar, en los banquetes y actos oficiales, muchas veces leia unos versos escritos para la ocasión.
Las dos cosas quedecidirían mi vida futura y solo las supe treinta o cuarenta años después. La primera , una carta que recibió un dia mi mama. Era de Orieli, la cuñada de mi padre, había escuchado en la radio el nombramiento de don Pedro J. Llosa Bustamante como prefecto de Piura .
La segunda era un viaje que había hecho mi mama a Lima , en Agosto , para una operación menor .Llamo a Orieli y esta la invito a tomar el té.Al entrar a la casita de Magdalena del mar diviso a mi padre, en la sala. Cayo desmayada. Verlo en un instante basto para que aquellos cinco meses y medio de pesadilla de su matrimonio y el abandono se le borraran de la memoria .
Dando brincos de felicidad, creyendo y no creyendo lo que acababa de oír, apenas escuche a mi madre, mientras íbamos hacia el hotel de turistas, repetirme que siencontrábamos a los abuelos, no debía decir una palabra sobre lo que acababa de revelarme. En mi agitación, no se me pasaba por la cabeza porque tenía que ser un secreto que mi papa estuviera vivo ¿Cómo sería? ¿Cómo sería?
Entramos al hotel de turistas y vino hacia nosotros un hombre “¿este es mi hijo?”, le oí decir. Se inclino, me abrazo y me beso .Yo estaba desconcertado y tenía una sonrisafalsa, congelada en la cara. Mi desconcierto se debía lo distinto que era este papa con canas en las sienes y el cabello tan raro, del apuesto joven del retrato que adornaba mi velador .Tenia como el sentimiento de una estafa: este papa no se parecía al que yo creía muerto .Ese señor estaba diciendo que fuéramos a dar una vuelta en el auto y subimos a un Ford azul, él y mi madre adelante y...